La comitiva oficial presenció el inicio del hormigonado en la futura represa. Hubo menciones especiales para el Presidente y la Vice.
El presidente Alberto Fernández no asistió al inicio de hormigonado de la nueva central Aña Cuá. En su lugar envió a Santiago Cafiero, jefe de Ministros de la Nación, quien, mediante un fuerte discurso, nacionalizó la obra con el gobernador Gustavo Valdés y la puso como ejemplo de lo gestión del Frente de Todos.
En una improvisada tarima en el corazón de la isla donde se construye el complejo hidroeléctrico, los funcionarios encabezaron el inicio del hormigonado de nivelación. Fueron cinco los encargados de dirigirse al escueto público compuesto por funcionarios, ingenieros, obreros, legisladores y periodistas.
Una coincidencia extraña fue que cada uno de los oradores agradeciera al Presidente y la Vicepresidenta.
El primero en hablar fue el director ejecutivo de la Entidad Binacional por Argentina, Ignacio Barrios Arrecha. Su par paraguayo, Nicanor Duartes Frutos, lo sucedió. Luego fue el turno del secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, y Cafiero cerró la presentación. El ministro del Interior, Wado De Pedro, no habló.
Cafiero trajo el “saludo afectuoso del Presidente” que, por cuestiones urgentes de agenda, debió posponer su visita.
El ministro dijo que “Aña Cuá es la obra binacional más grande de la región y es un testimonio de cómo los pueblos hermanos pueden trabajar proyectos de desarrollo y crecimiento. Es parte del proyecto de reconstrucción del país que pusieron en marcha el presidente Alberto y Cristina”, señaló.
“Es un orgullo para esta Secretaría estar sentando las bases para el futuro y para el desarrollo industrial y económico de la Nación, gracias a la impronta de las políticas de Estado que define el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Acá van a estar generando energía y, a través de ella, puestos de trabajo y desarrollo para Argentina y Paraguay”, señaló el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, durante el acto.
La comitiva aterrizó a las 11.31 en Aña Cuá (que en español significa “agujero del diablo”) y llegó diez minutos después al escenario ubicado 45 metros por debajo del nivel del río.
Lo primero que hizo Valdés fue ir a saludar al ex intendente de Capital, Fabián Ríos, gerente de la obra. El mandatario provincial mantuvo largos diálogos con todos los peronistas presentes.
(Libertador)