EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los días

Junio 7 

El rey poeta 

Nezahualcóyotl murió veinte años antes de que Colón pisara las playas de América. 

Fue rey de Texcoco, en el vasto valle de México. 

Allí dejó su voz: 

Se rompe, aunque sea oro, 

se quiebra, aunque sea jade, 

se desgarra, aunque sea plumaje de quetzal. 

Aquí nadie vivirá por siempre. 

También los príncipes a morir vinieron. 

Todos tendremos que ir a la región del misterio. 

¿Acaso en vano venimos a la tierra? 

Dejemos, al menos, nuestros cantares.