EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los días

Agosto

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La pureza de la raza

En 1924, Adolf Hitler dictó en prisión su libro Mi lucha. En un día como hoy, trasmitió al escriba su enseñanza fundamental sobre la historia de la humanidad:

Todas las grandes culturas del pasado han sucumbido sólo porque la raza originalmente creativa murió por causa del envenenamiento de la sangre.

Catorce años después, Benito Mussolini proclamó, en su Manifiesto de la raza:

Los caracteres físicos y psicológicos puramente europeos de los italianos no deben ser alterados de ninguna manera. Ya es tiempo de que los italianos se proclamen francamente racistas.