EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los días

 Setiembre

9

Estatuas

José Artigas vivió peleando, a lomo de un caballito criollo, y durmiendo bajo las estrellas. Mientras gobernó sus tierras libres, tuvo por trono un cráneo de vaca y un poncho por único uniforme.

Con lo puesto marchó al exilio, y en la pobreza murió.

Ahora un enorme prócer de bronce nos contempla, montado en brioso corcel, desde lo alto de la plaza más importante del Uruguay.

Ese victorioso héroe, ataviado para la gloria, es idéntico a todas las efigies de todos los próceres militares que el mundo venera.

Él dice ser José Artigas.