ALERTA | Corrientes en llamas: Los bomberos al límite de sus fuerzas ya no dan abasto

Desde los cuarteles coinciden en que el desagüe es tanto en el recurso humano como en el económico y la necesidad de un futuro asegurado. 


Corrientes está en aleta roja por los incendios forestales que afectan a  la provincia desde hace un mes. Actualmente, se registra una veintena de focos activos en varios municipios, y los bomberos trabajan para evitar que las llamas lleguen a las casas y se destruyan más hectáreas de bosques naturales o áreas cultivadas.


En el cuartel de bomberos de Lavalle la sirena suena a diario. Y desde allí parten para enfrentarse cara a cara con el fuego. Y entre llamado y llamado de alerta descansan como y donde pueden. Esta situación se repite en los últimos 15 días, así lo comenta Héctor Enrique, jefe del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Lavalle.


Allí 8 hombres y tres mujeres componen el cuerpo activo. Aunque en estos últimos días también suman al cuerpo de reserva, se tratan de una mujer y un hombre de 57 años. En estos momentos se encuentran con dos bajas por covid-19.


"Todos estamos exhaustos. Muchos son changarines y tienen que dejan de trabajar cuando surge una emergencia. Estamos con guardias rotativas, pero no damos abasto", describió Enrique.


A lo que sumó: "Es un año complicado, con más salidas. Es duro, nunca se habían quemado casas como en esta oportunidad, postes de luz eléctrica y animales. Es un año con personal lastimado. Tuvimos internaciones por golpe de calor y deshidratación, ingresan al hospital y tras un suero vuelven a los campos a combatir el fuego. Tenemos personal con ampollas, una compañera con el dedo roto", graficó, y agregó que en las últimas 72 horas vivieron jornadas duras y movilizadoras.

A este tipo de inconvenientes se suman pérdidas de herramientas: "Teníamos siete rollos de mando y hoy tenemos dos. Se queman, se pinchan o se cortan. Nuestra ropa también se ve deteriorada con el trajín de estos días".

Este cuartel en particular cuenta con una camioneta con kit forestal (750 litros de agua), una camioneta de la Policía que se acondicionó para ser autobomba (1.200 litros).


Sobre las necesidades urgentes, insistió que se le ha encomendado a los funcionarios de la provincia una ley de jubilación vitalicia para los bomberos con más de 25 años de servicios. "La mayoría de los bomberos voluntarios no tienen un trabajo fijo, son changarines y pensamos a futuro de todos. Además, de esta necesidad remarcaron la importancia de sumar más unidades y vestimenta", afirmó.

Similar situación vive el cuerpo de Bomberos Voluntarios de Itatí, donde también se encuentran sofocando diariamente entre 13 y 15 focos ígneos. 

El jefe de ese cuerpo de Bomberos Voluntarios, Ricardo Rojas, dialogó con NORTE de Corrientes y comentó como transitan estas últimas semanas con tantos focos de incendios que deben acudir a sofocar. "La verdad es que no damos abasto, pedimos a la gente que colabore, que no haga quemas, hay mucha sequía. En muchas oportunidades se pide colaboración a los cuarteles de Bomberos Voluntarios vecinos".


Este cuartel tiene más de 31 años de servicio y está compuesto por 10 hombres y 7 mujeres, de los cuales seis se encuentran aislados por casos de covid-19. "La semana pasada estuvimos con los 5 choferes con covid-19, fue un desafío encontrar una persona para que maneje, ante tantos avisos de quema":


Rojas destacó el arduo trabajo que realizaron en 2020 con los incendios forestales que afectaron a toda esa zona de la provincia a raíz de la intensa sequía, producto del fenómeno La Niña, que aún se siente en parte de la geografía provincial con focos ígneos que persisten.


"El cuerpo activo de bomberos siempre está en alerta, como el primer día que iniciamos nuestra tarea al frente del cuartel, apresto a cualquier emergencia. Las guardias continúan las 24 horas, apostados en el cuartel sirviendo a la comunidad en lo que necesiten, socorriendo en incendios domiciliarios como así también en focos ígneos en la zona de campo y forestación, según lo se requiera en ese momento", dijo.


Sobre sus necesidades, aseguró: "Exigimos obra social y seguro de vida. En Yapeyú perdimos a un bombero en un accidente y en Caá Catí hay dos bomberos internados con quemaduras. Necesitamos más camionetas forestales y herramientas".

Escuchar la sirena de bomberos al menos una vez por día ya es una constante para los vecinos de San Roque. Quienes al igual que a los Bomberos de la provincia pusieron en marcha el camión cisterna para sofocar incendios que se desataron producto de la quema de pastizales. Ello significó gasto en combustible, además del desgaste del personal que trabajó alrededor de 10 horas en varios puntos de la ciudad.


Ramón Ortiz, segundo jefe del cuartel de San Roque, manifestó: "Ayer fue un día de desgaste, más de 8 horas combatiendo el fuego. No damos abasto, estamos cansados. Muchos de mis compañeros no ven a sus familiares desde hace días".


Pese a las infinitas necesidades, expresó: "Nosotros seguimos prestando los servicios", y afirmó: "En el cuartel somos 23, siete son mujeres. Estamos cansados y fatigados, sufrimos golpe de calor y cansancio. La palabra que describiría esta situación es estamos saturados".


Este cuartel cuenta con un camión Volvo de 1.500 litros, otro camión de 8 mil litros y una Toyota de 600 litros.


Desafortunadamente los siniestros generaron pérdidas humanas y materiales, además del desgaste del cuartel de bomberos, tanto en el recurso humano como en el económico.


Al igual que el resto de los cuerpos de bomberos con los que dialogó este diario, Ortiz enumeró como urgente tener obra social, jubilación, vehículos y camionetas. 


(Norte)