MARKETING Y DEMAGOGIA | El populismo berreta de Milei

 ¿Alguien en Argentina puede creer que un diputado de la Nación sólo cobra 200 mil pesos y chirola? No. ¿Cómo el referente mal llamado "libertario" traiciona todos los principios que dice practicar?


Lo que sortea el legislador promotor de las políticas económicas del siglo XVIII y XIX que hacían que los obreros paguen los medios de producción como ahora lo hacen Rapi, Globo, Uber y otras empresas del feudalismo digital, es pura demagogia y un exceso de populismo berreta, para usar palabras que más utiliza Javier Milei.

El legislador que, en un país con ciudadanos que confunden el fascismo kirchnerista con "progresismo" y a la derecha rancia, por eso no menos peronista, del macrismo con republicanismo, se hace pasar por libertario. Ejecutará el 12 de enero una de las recetas más obscenas del populismo político: sortear plata en un país al que el neoliberalismo salvaje de los gobiernos de los últimos 22 años llevó a la extrema pobreza y condena a más de la mitad de nuestros niños a la desnutrición e indigencia.

Dice Milei que representa lo nuevo, pero sus listas de diputados estuvieron pobladas de apellidos como Menem, Alsogaray y otras familias que medran desde el Estado desde las época de la Conquista del Desierto.

Cumplimiento a medias


Dice el legislador liberal que rejunta entre sus huestes a los admiradores del General Lee, militar del Sur estadounidense que condujo a los ejércitos confederados que defendían la esclavitud y el racismo, que un diputado argentino sólo cobra por su cargo de legislador 200.000 pesos y chirola por mes.

Puede que para la estadística y los aportes previsionales y de obra social, el ítem "dieta" equivalga a esa suma, pero se cuida muy bien de evitar explicar a su electorado que, la dieta sólo representa entre un 40 y 50 por ciento de los ingresos de cualquiera de nuestros representantes legislativos.

Nuestro políticos que conforman las mayorías decidieron estructurar sus haberes de esa forma porque son tan faltos de empatía con el sistema previsional que sólo habilitan descuento por ese ítem, todo lo demás que cobran lo perciben como ítems "no remunerativos"; es decir, en negro, porque también de esa forma reducen su aporte al "Impuesto a las Ganancias".

La otra mitad se compone de gastos de representación; es decir, un monumental monto para, supuestamente, cubrir gastos que le generan sus funciones como legislador. Adicional por desarraigo, más pasajes aéreos canjeables por dinero contante y sonante, además de un monto para, supuestamente, repartir en pasajes de colectivo que, muy de vez en cuando, distribuyen entre sus simpatizantes más pobres cuando necesitan viajar por razones urgentes a destino alejados de sus lugares de residencia y otros ítems más que completan el otro 50%.

Es decir, Javier Milei miente cuando dice que sortea todo lo que cobra como diputado, o sea, cumple la promesa a medias.

Falta de principios


Milei ya demostró que puede flexibilizar sus principios y valores, vocifera liberalismo puro pero no tiene problemas en ser "colaborador rentado" de diputados como Antonio Domingo Bussi, general asesino, secuestrador, torturador y ladrón de bebés durante la dictadura.

Promocionó a quien quiera escucharlo la negativa a vacunarse contra la COVID-19, pero cuando le dijeron "si no te vacunás no facturás" se apuró a dejarse inyectar las dos dosis.

Es decir, por unos mangos renuncia a sus principios liberales, un verdadero libertario actúa como Novak Djokovic, mantiene y defiende su postura pese a los costos que le representan.

Alguien que conoce la historia de los capitalistas que fundaron el liberalismo sabe que predicaban que la fortuna y la riqueza individual y de las naciones vienen de la ética del trabajo, esfuerzo y sacrificio, no de la demagogia de la timba y la especulación.

Es decir, que con este mamotreto marketinero Milei traiciona esos valores fundacionales del capitalismo que dice abrazar y practicar.

Inteligencia

El otro tema preocupante es que utiliza el sorteo para ejecutar una monumental recolección de datos personales, ya que para participar el interesado debe dejar el número de DNI, dirección particular, número de celular y correo electrónico.

Es decir, practica el más deleznable acto de inteligencia fascista; propia de los estados autoritarios y la dictaduras que dice despreciar.

Quien escribe estas líneas tuvo su primera aproximación al populismo berreta de sortear algo de valor, a cambio de un voto en los años ‘90 cuando Mario Brignole un candidato a intendente peronista de El Colorado, Formosa, hizo campaña con la promesa de sortear un auto con la condición de ganar las elecciones. La ganó y sorteó el auto; es decir, cumplió totalmente la promesa. No fue la única oportunidad que usó el artilugio.

Es decir, Milei no se diferencia del populismo berreta del peronismo menemista que tanto reivindica cuando elogia a Domingo Cavallo como el mejor ministro de Economía de la historia argentina, algo que coincide con Néstor y Cristina Kirchner.


(Epoca)