INCENDIOS, SEQUÍA Y DESASTRE | Hasta el momento las pérdidas ya superarían los 25.000 millones de pesos

El informe fue elaborado por la So­ciedad Rural y la mesa de enlace. La elaboración es con base en los da­ños a la fecha.


Un informe preliminar elaborado por las entida­des productivas dan cuenta de una pérdida millonaria, aun sin la conclusión de los incendios. Y es que el daño económico y ambiental del fuego todavía no se dimen­siona concretamente. El me­diano plazo traerá claridad sobre los perjuicios reales, productivos y económicos, de lo que está pasando en Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes, reportó ayer el sitio Infocampo.com.

Un informe preliminar que elaboró la Sociedad Ru­ral Argentina, luego de la declaración de emergencia agropecuaria en todas estas provincias, pone un número y una evidencia clara sobre las pérdidas económicas sobre las cinco cadenas pro­ductivas que involucradas en esas provincias. 

El trabajo se confeccionó luego de una reunión entre la Sociedad Rural de Merce­des (Corrientes), la Mesa de Enlace provincial, socios, delegados y también pro­ductores. Bajo este contexto de grandes daños, la cadena arrocera y la forestación son las más perjudicadas econó­micamente, no solamente ahora sino también para el corto plazo en función de las inversiones futuras para recuperar lo perdido.

A la cabeza de los daños está la producción forestal. La provincia de Corrientes es la que mayor superficie posee, con 550.000 hectá­reas plantadas.

En función del valor de la tonelada de madera (500.000 pesos) por la can­tidad de hectáreas perdidas (10.000 hectáreas) alcanza a los 5.000 millones de pesos que no llegarán a los produc­tores, dice la Sociedad Rural.

A esto hay que agregarle 1.500 millones de pesos cos­to de recomponer las hectá­reas quemadas por el fuego. A su vez, el referente forestal de la zona estimó 1.000 mi­llones de pesos de pérdida en plantas destinadas a resina.

En el caso del arroz, las pérdidas ascienden a 4.968 millones de pesos, dice la entidad. En el caso de la pro­vincia del Litoral, las causas de ingentes pérdidas están asociadas a que gran parte del cultivo en esa provincia se riega con agua de repre­sas, con baja o nula reserva en este momento. Así, si las lluvias no aparecen, peligra la próxima campaña.

Sigue en orden de impor­tancia la yerba mate, donde hay 60.000 hectáreas plan­tadas. De la misma forma que sucede con la produc­ción forestal, están las pér­didas por los daños así como por el costo de reposición de lo quemado. El número, en este caso, se compone de 3.200 millones de pesos de pérdida más 480 millones de pesos en costo por recompo­ner. 

Entre las producciones vegetales, finalmente, el último lugar es para la citri­cultura. En Corrientes, hay plantadas 30.000 hectáreas de cítricos distribuidas en dos cuencas. La zona centro norte de la provincia (Bella Vista, Concepción y Mburu­cuyá), con 9.000 hectáreas registra las más importan­tes pérdidas del 50% de la plantación, alcanzando da­ños por 1.800 millones de pesos.

ANÁLISIS CORRENTINO

La producción ganadera, muy complicada

El informe elaborado por la Sociedad Rural re­marcó que la situación del sector ganadero reviste un alto grado de gravedad.

La Rural analizó las pérdidas desde tres fo­cos para los correntinos, considerando que en la provincia hay 4.600.000 cabezas, aproximadamen­te, de stock y está cuarto a nivel nacional, después de Buenos Aires, Santa Fe, y Córdoba.

Estrictamente, las pér­didas de producción ac­tuales son 3.575 millones de pesos en kilogramos totales de carne perdidos (5% de producción de car­ne perdida y 37% se redu­jo la producción de pasto).

Este número se empie­za a engrosar cuando se agregan los daños en in­fraestructura 1.575 millo­nes de pesos en alambra­dos.

A su vez, nuevamente aumenta cuando se anali­zan las pérdidas por mor­tandad más elevada en el invierno. En este caso, la valorización llega a las 5.211 millones de pesos.

MIRADA CORRENTINA

Directivos de la Rural de Corrientes no dudaron en dar los peores calificativos a la situación.

"Lo que nos toca vivir es dramático, más que emer­gencia, es una catástrofe en evolución. Al principio nos preocupaba la infraes­tructura, el pasto, luego los animales. Ahora es la falta de agua para beber. Es tan dramática y exten­sa la crisis, que perdemos noción de la gravedad y del contexto por momen­tos", expresó Francisco Velar en declaraciones a la prensa (LT7noticias.com).

El dirigente, que cuenta con unidades productivas en la zona de General Paz, remarcó que "toda crisis desnuda las falencias y los productores debemos ha­cer un mea culpa de lo que falta. Pero en esta suma de debe y haber, queda muy claro que el gran ausente ha sido el Estado nacio­nal. 

El ministro Cabandié ha sobresalido por su im­prudencia, falta de tino, ausencia de idoneidad y responsabilidad. Nadie en su sano juicio puede creer que los productores sea­mos los propios artífices de nuestra tragedia".

El tordo amarillo y el yetapá de collar a causa de los incendios se encuentran en peli­gro de extinción. Estas aves habitan el Iberá, y los últimos ejemplares fueron avistados en el Portal Carambola pero los guardaparque dejaron de observarlos luego de los incendios ocurridos en las últi­mas semanas. Debido a la importancia de los yetapá de collar, la administración de Parques Nacionales incorporó la imagen de la especie en el escudo y en el logo del Iberá. Por su parte, los tor­dos amarillos venían siendo estudiados y conservados por un proyecto nacional que se desarrolla en el cen­tro de la provincia. 

Los últimos tordos amarillos que fueron vistos, antes del avan­ce del fuego, formaban parte de una bandada de 60 ejemplares. Fueron vistos a fines del otoño del 2021. Representaban el 10% de la población total del país.


(Norte)