Se trata de una mejora estadística registrada por el organismo gubernamental que mide este indicador cada seis meses. En Capital, un 27% de la población es pobre y un 7,6% es indigente. A nivel país, la mejoría también se vio reflejada.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó ayer el índice de pobreza a nivel país y desagregado por región y aglomerados urbanos. Corrientes, dentro del Nordeste (NEA), se ubicó como la menos pobre, con 27,3% y mejoró sus indicadores en referencia al mismo período de 2020.
En Argentina, un 37,2% de la población es considerada pobre y el 8,2% vive en condiciones de indigencia, según los datos publicados por el organismo gubernamental. Lo que se traduce en que más de 17.000.000 de personas se encuentran por debajo de la línea de pobreza, ya que la población estimada era de 45,8 millones para 2021.
El índice medido representó una baja de 3,3 puntos porcentuales respecto al 40,6% que hubo en el primer semestre de 2021 en todo el país. A nivel regional, la más pobre, informada ayer, fue Cuyo con 42,2%, y el NEA se ubicó en tercer lugar -entre seis delimitaciones territoriales consideradas para el estudio- con 39,4% y un 11% de indigencia. La menos afectada por la crisis social fue la Patagonia, con 31,5% de personas bajo la línea de pobreza.
Dentro del NEA, el Gran Resistencia registró un 52% de índice de pobreza y un 19,4 % de indigencia. Luego sigue Formosa con 45% y 12,8%, respectivamente. Más diferenciada continúo Posadas (Misiones) con 34% de pobres y 3,8% de indigentes.
Pero la sorpresa del informe fue la ciudad de Corrientes, con 27,3% de personas bajo la línea de pobreza y un 7,6% de indigencia. Las cifras son optimistas, ya que en el segundo semestre de 2020, la pobreza alcanzó a 42,9% de la población y la indigencia a el 8,7%. Lo que representa una mejora de 15,6 puntos porcentuales para la primera y 1 punto para la segunda.
En el primer trimestre de 2021, la pobreza medida en residentes de Capital fue del 43% y la indigencia se situó en un 9,1% . Si se contrasta contra este período, la caída fue de 15,7 puntos porcentuales en la pobreza y 1,5 en la indigencia.
La medición de la pobreza consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si estos tienen capacidad de satisfacer –por medio de la compra de bienes y servicios– un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. Para calcular la línea de pobreza es necesario contar con el valor de la Canasta Básica Alimentaria y ampliarlo con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, entre otros), con el fin de obtener el valor de la Canasta Básica Total.
(Epoca)