ECONOMIA | En alerta: la falta de gasoil podría impactar en el transporte urbano

Las petroleras y los distribuidores venden el combustible en reducidos cupos. En medio de las fuertes restricciones, ERSA pudo almacenar pero sólo contaría con gasoil hasta el lunes. En Paraná ya hay limitaciones en el servicio.


La crisis del gasoil impacta muy duro en el interior del país. En Corrientes, la principal firma del transporte urbano de pasajeros sólo cuenta con combustible hasta el lunes. Además, los precios se dispararon: en lo que va del año el diésel común tuvo un incremento del 33% y el Premium del 52%.

La venta con cupo (a cuentagotas) del gasoil ya significó que, por ejemplo, en Paraná, capital de Entre Ríos, el servicio de colectivo urbano se viera restringido. Igual situación podría darse en Corrientes en caso de quiebre de stock.

El grupo ERSA compra el 80% del combustible a las petroleras YPF y Shell y el 20% restante a distribuidores oficiales de las firmas. Pero los proveedores fijaron un volumen único de venta similar a igual mes del año pasado. Es decir, comercializaron la misma cantidad de gasoil que en 2021 en plena pandemia y con movilidad reducida. En pocas palabras: muy por debajo de la demanda actual ya que las actividades están liberadas y los estudiantes de todos los ciclos regresaron a las instituciones educativas.

Además, las petroleras y distribuidores no toman pedidos de nuevos clientes, con lo cual resulta imposible suplir la provisión de los faltantes negociando con otros vendedores.

"Ponen cupos porque el principal problema de las petroleras es que no tienen producción suficiente para abastecer al mercado. Parte del combustible lo compran afuera, al exterior, y están esperando las barcazas… y hay demora en las entregas", analizó Viviana Riehme, responsable del Área Combustible de ERSA.

Riehme dijo que los representantes comerciales alertaron la situación hace unos meses pero que en marzo los problemas se agudizaron. Precisamente este llamado de atención significó que la firma procure almacenar el mayor volumen del combustible para evitar que la faltante impida la prestación del servicio.

"No nos quedamos sin combustibles porque tuvimos previsión", comentó Riehme a época. En Corrientes, los colectivos consumen entre 13 y 15 mil litros diarios. La empresa tiene cuatro tanques de almacenamiento de unos 50 mil litros cada uno. Sin embargo, más allá de la voluntad de comprar combustible para contar con el suficiente gasoil necesario para garantizar la prestación del servicio, las fuertes restricciones de los volúmenes de venta impuestas por las petroleras hicieron que el almacenamiento no sea el pretendido por la firma de transporte.

"Adelantamos toda la comprar de gasoil posible… pero eso significa que en futuro próximo nos venderán menos", comentó Riehme.

"Si bien uno dice que parece preocupante decir que en Corrientes sólo hay combustible hasta el lunes, en muchos lugares del interior del país no saben si contarán con gasoil en los días feriados de Semana Santa", analizó, por su parte, Javier Harfuch, secretario de la CETUP. "En todos los lugares hay peligro de quiebre de stock. Hay pedidos por cargas de combustible… pero el tema es que lleguen", agregó.

Pero, además de no contar con el suficiente combustible para satisfacer la demanda del país, hay serias demoras en las entregas por problema de logística de las petroleras: hasta no completar camiones enteros, retienen el envío de pedidos. No despachan por falta de capacidad operativa y para optimizar recursos, con lo cual se retrasan las entregas, con demoras hasta de una semana (antes no pasaba de dos o tres días).

Los precios de los combustibles

La mitad de los colectivos urbanos de pasajeros de Corrientes consume el gasoil común y el restante 50% utiliza el más refinado, el Premium. En lo que va de 2022, el primero tuvo un incremento del 33% y el segundo un aumento del 52%.

Al comenzar el año, el litro de gasoil común costaba $89,50; hoy su valor es de $119,27. El diésel Premium salía $100,30 y hoy, $152,64.

En Corrientes, sólo en marzo, hubo dos aumentos del orden del 25% respecto al último precio, y los distribuidores reiteraron las alertas de nuevos incrementos en los próximos días.

YPF en Ruta, la tarjeta de la petrolera estatal, utilizada mayormente por los transportistas, retiró las bonificaciones y el precio es igual al valor de surtidor del lugar en que se cargue.

"Nuestro ingreso es fijo pero los gastos van creciendo… llegará un momento en el que no se podrán cubrir los costos", evaluó Harfuch.

Pero, además, hay otro hecho que agrava más aún más la situación: hay un desigual tratamiento ante compras mayoristas.

Es que se retiraron las bonificaciones por compras a granel, y el precio pagado por compras de grandes volúmenes es superior al valor de surtidor aproximadamente en un 8%.

Las empresas de transporte de pasajeros, prestadoras de un servicio público esencial, que disponen de grandes inversiones en plantas de almacenamiento y despacho de combustible en sus predios, con personal propio para el despacho, están obligadas a pagar este sobreprecio.

"Pagamos un 8% más caro que si fuéramos a cargar en una estación de servicios. Antes, las petroleras nos hacían bonificaciones por ser mayorista y por el volumen que compramos. Ahora nos quitaron… pagamos un 8% arriba que lo que abona cualquier vecino en un surtidor", concluyó Riehme.

Dios sólo está en el AMBA

Los problemas que originó la crisis del gasoil (la venta a cuentagotas y el incremento desmedido en el precio del combustible) impacta en las empresas de transporte público de pasajeros del interior del país. Pero las firmas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no tienen problema alguno.

Es que el valor del servicio en la zona central está subsidiado (es decir, solventado por el resto de los argentinos) y al pasajero sólo le cuesta $18. Además, tienen todas la ventajas posibles a la hora de contar con suficiente combustible y sin los problemas de precio que sí padecen en el interior del país.



(Epoca)