Abril
19
Los hijos de las nubes
En 1987, el reino de Marruecos culminó la construcción del muro que atraviesa el desierto del Sahara, de norte a sur, en tierras que no le pertenecen.
Éste es el muro más extenso del mundo, sólo superado por la antigua muralla china. Todo a lo largo, miles de soldados marroquíes cierran el paso de los saharauis hacia su patria usurpada.
Varias veces, vanas veces, las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, y han apoy ado un plebiscito: que la población del Sahara occidental decida su destino.
Pero el reino de Marruecos se ha negado y se sigue negando. Esa negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país. Desde hace cuarenta años, los saharauis esperan. Están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia.
Ellos se llaman hijos de las nubes, porque desde siempre persiguen la lluvia. También persiguen la justicia, más esquiva que el agua en el desierto.