EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los dias

 Mayo

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El viaje de la memoria

En 1781, Túpac Amaru fue descuartizado, a golpes de hacha, en el centro de la Plaza de Armas del Cuzco.

Dos siglos después, un niño descalzo lustraba zapatos en ese exacto lugar, cuando un turista le preguntó si conocía a Túpac Amaru. Y el pequeño lustrabotas, sin alzar la cabeza, dijo que sí lo conocía. Casi en secreto, mientras hacía su trabajo, murmuró:

—Viento es.