A los mandatarios provinciales los une más el temor de la crisis económica que la convicción política sobre el rumbo de la gestión de la Casa Rosada.
Estaban todos los gobernadores que fueron invitados, comenzando por el bonaerense Axel Kicillof. La amplia mayoría era peronista, aunque también estuvieron presentes dos provincias administradas por el radicalismo, Mendoza y Jujuy.
A los gobernadores los une más que nada el temor de que la crisis económica termine golpeando con dureza las finanzas de sus territorios. Saben que cada vez que se promete un ajuste al Fondo Monetario Internacional, sus cajas crujen. Por eso se acercan como nunca al Presidente y a la ministra de Economía, Silvina Batakis.
Los mandatarios provinciales siempre fueron reacios a cualquier ajuste. Lo vivieron todos los presidentes de la democracia. Desde Raúl Alfonsín hasta Mauricio Macri y ahora está experimentando esa situación el propio Alberto Fernández.
Sin embargo, siempre tuvieron un as en la manga, porque todos los presidentes fueron en busca del apoyo de las provincias para sostener la gobernabilidad. Y sacaron ventaja.
Por lo pronto, los gobernadores ya escucharon de boca de la ministra Batakis, primero, y luego de palabras del propio Presidente, que la obra pública no se detendrá a pesar de la crisis y del acuerdo con el FMI.
En otro ámbito, este reclamo también se replica. Es el caso de los intendentes bonaerenses. Los peronistas/kirchneristas ya se reunieron con Kicillof para saber hasta dónde llegará el ajuste en la provincia y lo que va a pasar con la coparticipación y la obra pública provincial.
Los de Juntos por el Cambio pusieron el grito en el cielo. Temían ser discriminados y le pidieron una reunión a Kicillof, quien recibió a los radicales y luego a los jefes comunales del Pro.
Gobernadores e intendentes transitan por un camino similar. Irán por la reelección el año próximo y el horizonte está lleno de interrogantes y profundas preocupaciones.
No son los únicos desvelados por el futuro. También se agrupan en esa línea los movimientos sociales vinculados con el gobierno, que poseen funcionarios nacionales en distintas áreas y la CGT.
Desde ambos sectores partieron palabras de respaldo público hacia el presidente Alberto Fernández, pero, en privado, ya hicieron saber sus preocupaciones por el plan económico y el ajuste, el deterioro de los ingresos, producto de la elevada inflación y la frágil tregua entre el presidente y Cristina Kirchner.
Saben que están todos en el mismo barco y que, si sigue el actual rumbo, las elecciones de 2023 se pueden parecer mucho a un naufragio.
Hace algunos días, el Presidente lo aseguró de forma explícita en el acto posterior a la reunión de Batakis con los jefes provinciales. "Hay que ajustar algunos números de las cuentas públicas, pero no será a costas de obra pública ni vivienda", planteó Fernández.
En esa oportunidad en el Museo del Bicentenario, el Presidente puso en marcha el plan Argentina Grande. Lo hizo junto al Ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, ante los gobernadores que se reunirían con Batakis. Fernández anunció 7 obras de las 120 estratégicas, del plan que ya tiene 5.000 obras en ejecución. Estas obras se desarrollan en 7 provincias del país, por una inversión total de $71.282 millones.
Es que la preocupación es compartida sobre el contexto internacional, la falta de divisas y la crisis energética a nivel local.
Pese a las diferencias ideológicas, la mayoría de los gobernadores teme el recorte de transferencias para cumplir con las metas fiscales del FMI, la quita de subsidios y el freno futuro a la obra pública, a pesar de que el Presidente insistió en que sigue adelante con su plan.
Mientras, que la ministra de Economía ya sufrió un revés de gobernadores opositores en la cumbre del Norte Grande. Allí Juan Manzur intentó conseguir una declaración de apoyo hacia la entonces recién asumida ministra. Sólo logró el respaldo de los propios, después de que el jujeño Gerardo Morales y Gustavo Valdés se negaran a empeñar su palabra a favor.
De todos los gobernadores, el único que pidió en público acompañamiento a las medidas fiscales y unidad en la fuerza gobernante fue Jorge Capitanich. La semana pasada "Coqui" se reunió por separado con Alberto Fernández y con Cristina Kirchner. Aún con ADN K, el chaqueño intenta funcionar como un componedor en el Frente de Todos. s
Preocupación entre constructores, por recorte de inversión
Crece la preocupación en el sector de la construcción por los posibles recortes de inversión en la obra pública, que el Gobierno llevaría adelante a través de un plan presentado por la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis. En esta línea, el próximo martes tendrá lugar la reunión mensual del Concejo Ejecutivo de la Cámara de la Construcción Argentina (Camarco), para discutir este escenario de recortes, entre otros puntos.
Pablo Nazar, presidente de la Camarco, delegación Rosario, señaló que del recorte en la inversión pública -al que se refirió la ministra de Economía, Silvina Batakis días atrás- de $600 mil millones, $250 mil millones estaban destinados a la obra pública.
En esta línea, aseguró que hay alarmas entre los constructores, ya que "los anuncios del Gobierno son contradictorios con las medidas" que se estarían pensado llevar adelante. Esto último en referencia al acto del pasado 18 de julio, donde el presidente Alberto Fernández, junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, lanzó el plan Argentina Grande, para la realización de 120 grandes obras de infraestructura en el marco de 5 mil que están en marcha en el país.
"No tenemos un claro mensaje de cómo, cuándo y en qué medida va a ser el recorte de inversión. Por ahora parece que no va a bajar el nivel de inversión, vamos a seguir como estamos, pero las dudas llegan porque puede haber una demora en los pagos, algo que es aún más preocupante", indicó Nazar, para luego reflexionar que "un plan de obra debe ir acompañado de su consecuente financiación, para que no provoque después demoras en los pagos y así evitar que las obras se paren".
Un dato que circula en el sector, es que el gobierno ya viene pidiéndole a los gobernadores que colaboren con el presupuesto nacional de obras públicas, es decir, que parte del presupuesto que llegarían a restringir sea cubierto por las provincias para ayudar a que las obras no se detengan.
Si bien por ahora nada está definido, Nazar volvió a referirse a la necesidad de tener información clara sobre lo que va a suceder de acá en adelante.
(Norte)