POLITICA | Gobernadores temen un parate masivo de las obras y se acercan al Presidente

A los mandatarios provinciales los une más el temor de la crisis económi­ca que la convicción política sobre el rumbo de la gestión de la Casa Rosada.


La señal más significativa se vio el viernes en el Museo del Bicentenario, sobre el fi­nal de una semana dónde el dólar tuvo una alocada suba. La excusa fue la firma de un acta de intención para obras de Ciencia y Tecnología en las provincias.

Estaban todos los gober­nadores que fueron invi­tados, comenzando por el bonaerense Axel Kicillof. La amplia mayoría era peronis­ta, aunque también estuvie­ron presentes dos provincias administradas por el radica­lismo, Mendoza y Jujuy.

A los gobernadores los une más que nada el temor de que la crisis económi­ca termine golpeando con dureza las finanzas de sus territorios. Saben que cada vez que se promete un ajuste al Fondo Monetario Interna­cional, sus cajas crujen. Por eso se acercan como nunca al Presidente y a la ministra de Economía, Silvina Bata­kis.

Los mandatarios provin­ciales siempre fueron rea­cios a cualquier ajuste. Lo vivieron todos los presiden­tes de la democracia. Desde Raúl Alfonsín hasta Mauri­cio Macri y ahora está expe­rimentando esa situación el propio Alberto Fernández.

Sin embargo, siempre tuvieron un as en la man­ga, porque todos los presi­dentes fueron en busca del apoyo de las provincias para sostener la gobernabilidad. Y sacaron ventaja.

Por lo pronto, los gober­nadores ya escucharon de boca de la ministra Batakis, primero, y luego de palabras del propio Presidente, que la obra pública no se deten­drá a pesar de la crisis y del acuerdo con el FMI.

En otro ámbito, este recla­mo también se replica. Es el caso de los intendentes bo­naerenses. Los peronistas/kirchneristas ya se reunie­ron con Kicillof para saber hasta dónde llegará el ajuste en la provincia y lo que va a pasar con la coparticipación y la obra pública provincial.

Los de Juntos por el Cam­bio pusieron el grito en el cielo. Temían ser discrimi­nados y le pidieron una reu­nión a Kicillof, quien recibió a los radicales y luego a los jefes comunales del Pro.

Gobernadores e inten­dentes transitan por un camino similar. Irán por la reelección el año próximo y el horizonte está lleno de interrogantes y profundas preocupaciones.

No son los únicos desve­lados por el futuro. También se agrupan en esa línea los movimientos sociales vin­culados con el gobierno, que poseen funcionarios nacio­nales en distintas áreas y la CGT.

Desde ambos sectores partieron palabras de res­paldo público hacia el pre­sidente Alberto Fernández, pero, en privado, ya hicieron saber sus preocupaciones por el plan económico y el ajuste, el deterioro de los in­gresos, producto de la eleva­da inflación y la frágil tregua entre el presidente y Cristina Kirchner.

Saben que están todos en el mismo barco y que, si sigue el actual rumbo, las elecciones de 2023 se pue­den parecer mucho a un naufragio.

Hace algunos días, el Pre­sidente lo aseguró de forma explícita en el acto posterior a la reunión de Batakis con los jefes provinciales. "Hay que ajustar algunos núme­ros de las cuentas públicas, pero no será a costas de obra pública ni vivienda", planteó Fernández. 

En esa oportunidad en el Museo del Bicentenario, el Presidente puso en marcha el plan Argentina Grande. Lo hizo junto al Ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, ante los goberna­dores que se reunirían con Batakis. Fernández anunció 7 obras de las 120 estraté­gicas, del plan que ya tiene 5.000 obras en ejecución. Estas obras se desarrollan en 7 provincias del país, por una inversión total de $71.282 millones.

Es que la preocupación es compartida sobre el contex­to internacional, la falta de divisas y la crisis energética a nivel local. 

Pese a las diferencias ideológicas, la mayoría de los gobernadores teme el re­corte de transferencias para cumplir con las metas fisca­les del FMI, la quita de sub­sidios y el freno futuro a la obra pública, a pesar de que el Presidente insistió en que sigue adelante con su plan.

Mientras, que la ministra de Economía ya sufrió un re­vés de gobernadores oposi­tores en la cumbre del Norte Grande. Allí Juan Manzur intentó conseguir una de­claración de apoyo hacia la entonces recién asumida ministra. Sólo logró el res­paldo de los propios, des­pués de que el jujeño Gerar­do Morales y Gustavo Valdés se negaran a empeñar su pa­labra a favor.

De todos los gobernado­res, el único que pidió en pú­blico acompañamiento a las medidas fiscales y unidad en la fuerza gobernante fue Jorge Capitanich. La sema­na pasada "Coqui" se reunió por separado con Alberto Fernández y con Cristina Kirchner. Aún con ADN K, el chaqueño intenta funcionar como un componedor en el Frente de Todos. s

Preocupación entre constructores, por recorte de inversión

Crece la preocupación en el sector de la construcción por los posibles recor­tes de inversión en la obra pública, que el Gobierno llevaría adelante a través de un plan presentado por la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis. En esta línea, el próximo martes tendrá lugar la reunión mensual del Concejo Ejecutivo de la Cámara de la Construc­ción Argentina (Camarco), para dis­cutir este escenario de recortes, entre otros puntos.

Pablo Nazar, presidente de la Ca­marco, delegación Rosario, señaló que del recorte en la inversión pública -al que se refirió la ministra de Economía, Silvina Batakis días atrás- de $600 mil millones, $250 mil millones estaban destinados a la obra pública.

En esta línea, aseguró que hay alar­mas entre los constructores, ya que "los anuncios del Gobierno son con­tradictorios con las medidas" que se estarían pensado llevar adelante. Esto último en referencia al acto del pasado 18 de julio, donde el presidente Alberto Fernández, junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, lanzó el plan Argentina Grande, para la realiza­ción de 120 grandes obras de infraes­tructura en el marco de 5 mil que están en marcha en el país.

"No tenemos un claro mensaje de cómo, cuándo y en qué medida va a ser el recorte de inversión. Por ahora parece que no va a bajar el nivel de in­versión, vamos a seguir como estamos, pero las dudas llegan porque puede haber una demora en los pagos, algo que es aún más preocupante", indicó Nazar, para luego reflexionar que "un plan de obra debe ir acompañado de su consecuente financiación, para que no provoque después demoras en los pa­gos y así evitar que las obras se paren".

Un dato que circula en el sector, es que el gobierno ya viene pidiéndole a los gobernadores que colaboren con el presupuesto nacional de obras públi­cas, es decir, que parte del presupuesto que llegarían a restringir sea cubierto por las provincias para ayudar a que las obras no se detengan. 

Si bien por ahora nada está definido, Nazar volvió a referirse a la necesidad de tener información clara sobre lo que va a suceder de acá en adelante.




(Norte)