Diciembre
29
El camino es el destino
Había sido copiosa la bebedera, diciendo adiós al año que pronto se iría, y andaba y o perdido en las calles de Cádiz.
Pregunté por dónde se iba al mercado. Un viejo desprendió su espalda de la pared y muy desganadamente me respondió, señalando nada:
—Tú haz lo que la calle te diga.
La calle me dijo, y y o llegué.
Algunos miles de años antes, Noé había navegado sin brújula, ni velas, ni timón.
El arca se dejó ir, por donde el viento le dijo, y se salvó del diluvio.