Es la deuda de las dos mayores distribuidoras con la compañía estatal mayorista, por la energía que no pagaban porque no recibían la suba de tarifas reclamada. Se les permitirá cancelar $220 mil millones pagando sólo 80 mil y en 96 cuotas.
Las
distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur llegaron a un acuerdo de
refinanciación de la deuda que acumularon durante los últimos años con la
compañía bajo conducción estatal Cammesa, cuyo monto total asciende a 219.615
millones de pesos. Pero sólo deberán pagar 80.210 millones entre ambas, en 96
cuotas y a tasa en pesos subsidiada, ya que el resto, $ 139.405 millones, es
una fabulosa condonación de deuda otorgada por el Ministerio de Economía como
parte del acuerdo.
Otras
distribuidoras del interior también fueron beneficiadas con un modelo similar
de acuerdo de refinanciación. Pero Edenor y Edesur representan casi la mitad de
una deuda total de las distribuidoras de todo el país con Cammesa por $486.419
millones: casi medio billón de pesos.
Dicha deuda se
fue acumulando como consecuencia, en parte, del modelo de "privatización
asimétrica" (más beneficioso para los concesionarios que para los
usuarios, en todos los casos) del sistema energético implementado durante el
gobierno de Carlos Menem (década de 1990). El sistema eléctrico se dividió en
tres tramos: la generación (usinas térmicas e hidroeléctricas, que se
privatizaron de a una), la transmisión (administradores del cableado de alta
tensión) y las distribuidoras por región (que le venden la energía eléctrica a
los usuarios).
A su vez, se
creó como mecanismo regulador una compañía administradora del mercado mayorista
eléctrico (Cammesa, por su sigla), bajo conducción de la Secretaría de Energía,
para que se ocupara de comprar la energía a las distintas fuentes alternativas
de generación, y se la vendiera a las distribuidoras, garantizando el
abastecimiento de todas ellas a un precio equivalente.
Cuando empezaron
los reclamos de las distribuidoras por un aumento de tarifas buscando
recomponer sus márgenes de ganancias, Mauricio Macri (presidente hasta
diciembre de 2019) lo resolvió con un sideral tarifazo, cargando sobre las
espaldas de los usuarios la satisfacción de la demanda de más ganancias de los
concesionarios de la distribución. La
consecuencia fue que la medida alimentó, como si se echara nafta al fuego, el
ritmo de la inflación, que impactó especialmente en los últimos dos años de
gestión macrista.
Ya con Alberto
Fernández en el gobierno, y ante una nueva oleada de reclamos de las distribuidoras
por más aumentos, la respuesta fue postergar primero el debate tarifario y
luego permitir que las distribuidoras le compraran a Cammesa la energía con
pagos parciales o, directamente, sin pagarle. Así, se financiaron a través de
la empresa bajo control estatal el flujo de ingresos, sin pagar por la energía
que vendían.
La deuda
acumulada es la señalada más arriba. La situación, de por sí absolutamente
inestable, tuvo un brusco cambio de orientación con la llegada de Sergio Massa
a la conducción económica. En primer lugar, definió una revisión del sistema de
tarifas provocando un aumento en los ingresos de las concesionarias privadas
del sistema eléctrico y luego, una baja importante en los subsidios que
otorgaba el Estado y que beneficiaban a los usuarios (un segundo aumento de
tarifas).
Luego, le
informó a Cammesa que dejaría de recibir subsidios del Tesoro Nacional, por lo
cual se vería obligada a negociar con las distribuidoras el "arreglo"
de sus deudas, porque no podría cederle más energía sin contraprestación. Las
condiciones de esa negociación son las arriba descriptas: Edenor y Edesur
cancelarán una deuda de casi 220 mil millones de pesos, pagando sólo 80 mil
millones en 96 cuotas a tasa subsidiada, y beneficiándose de una quita o
condonación por unos 140 mil millones.
Un último y
ultramillonario subsidio, pero a favor de las concesionarias de la
distribución. El acuerdo fue firmado ya al filo del cierre del ejercicio 2022,
en el último día hábil administrativo del año, por la secretaria del área
Flavia Royón, y funcionarios del ENRE, Cammesa y de las empresas concesionarias
del Area Metropolitana. El resto de las distribuidoras, las del interior,
recibirán beneficios semejantes a medida que se acojan a la refinanciación
propuesta.
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