La creadora de Bajo el Cielo de Mantilla consideró que ese tema “ya pertenece a Ofelia Leiva”. En la Fiesta Nacional del Chamamé, la artista cantó clásicos, también temas nuevos y estrenó una canción dedicada a Ramona Galarza. Amandayé llenó de fiesta el predio al igual que Pancho Figueroa. Juan Pablo Barberán volvió a emocionar con sus recitados.
Con un clima que acompañó de principio a fin, pasó el primer fin de semana de la Fiesta Nacional del Chamamé, una celebración a la que todavía le quedan siete noches de música y baile en el Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola de la capital correntina. El domingo fue la tercera velada, y los artistas que subieron al escenario dejaron claro que la vara del chamamé es capaz de estar siempre un poco alta.
Con tres stent en el cuerpo, el último colocado hace un año (operación que no le permitió participar en la edición 2022), Teresa Parodi volvió a decir presente y su show fue un verdadero rezo. La entrega de la artista fue total y el público lo agradeció aceptando y tomando como propias cada una de las propuestas de quien durante algunos años estuvo alejada de la fiesta grande por diferencias con este mismo público. “Para mí, venir a cantar acá es especial, tengo mucho respeto porque me parece que tienen más derecho que nadie a decirme ‘no me gusta nada lo que estás haciendo’”, dijo durante una conferencia de prensa realizada luego del concierto, oportunidad en la que se mostró sumamente emocionada y sorprendida. “Hoy me hicieron muy feliz porque sentí que escucharon las canciones, incluso las canciones nuevas”, aseguró.
Acompañada en la banda por sus nietos Emilia, Ezequiel y Lautaro y también por su hijo Camilo, el concierto de la cantora transmitió calma. Desde el primer minuto Teresa llevó con naturalidad al auditorio a un estado de tranquilidad, alejado de la efusividad típica de los festivales y generó así una perfecta comunión a la que ella tituló “un pacto precioso”. “Apurate José”, fue la canción con la que abrió su noche y enseguida llegó “El Cielo del Albañil”.
Casi como pidiendo permiso, la artista anunció que iba a cantar algunos temas nuevos porque durante la pandemia escribió mucho, y así fue como empezaron los primeros acordes de “La Palmira va”, escuchada con mucha atención al igual que el nuevo rasguido doble “Pinandi”.
“La canción que voy a cantar ahora fue cantada anoche por Ofelia de una manera increíble. Yo creo que el tema es de Ofelia, ya no es mío”, dijo para presentar Bajo el Cielo de Mantilla, una historia real que alguien alguna vez le contó a Teresa y ella supo convertir en arte. Y cuando parecía que ya no había más lugar para la emotividad, la cantora anunció un estreno: “Esto escribí para presentarlo el año pasado acá, pero como no pude venir, jamás la canté, porque esta canción debía ser estrenada en este escenario”, dijo y comenzó a sonar “Cuñataí del alma”, un tema amorosamente poderoso dedicado a Ramona Galarza.
Chamameceras
El domingo las mujeres coparon el escenario y lo hicieron con mucha altura. Así por ejemplo, temprano estuvo el grupo Ana Paula Romero y Taragüí Coé con la voz de Sofía Moreira, también la guitarrista entrerriana Maru Figueroa acompañada por Chela Martínez y Belén Arriola. Ya en la segunda mitad de la velada se escuchó a Jakeline Sanfoneira, Las Paraguayas, Jorgelina Espíndola, la violinista Antonella Vera y a Silvina Escalante.
Festivaleros
Hay artistas y grupos que parecen haber nacido para tocar en este tipo de festivales debido a su poder de convocatoria y a la revolución que generan en el auditorio. Son grupos y artistas que podrán ser etiquetados como “festivaleros” y Amandayé claramente es uno. Sobre el escenario sus integrantes hacen música, pero además se divierten y divierten al público y eso fue lo que hicieron el domingo desde el Sosa Cordero, donde se lucieron con clásicos y temas propios que hicieron bailar a todo el Cocomarola y con un cierre a puro chamamé y carnaval con el tema “Pombero” y pasistas de la fiesta del Rey Momo.
Otro festivalero que dijo presente el domingo fue Pancho Figueroa, de Los Chalchaleros, quien respetando la consigna de la fiesta cantó varios chamamés. Para eso invitó al acordeonista César Frette y hasta se animó a estrenar una canción: “Es la primera vez que voy a cantar este chamamé”, dijo y presentó Llanto del Saucedal.
La propuesta de Figueroa cerró con “Merceditas”, pero el público (y también el artista) tenían otros planes y la presión fue tanta que la organización cedió y habilitó una canción más. La elegida fue “Sargento Cabral”.
Aunque no canta, el recitador Juan Pablo Barberán también podría ser incluido entre los festivaleros, porque su arte es digno de escenarios multitudinarios y así lo demostró el domingo con versos cargados de tanta emocionalidad y fuerza que hipnotizaron al auditorio.
Familias
En el chamamé es habitual que los grupos se conformen en el seno familiar o algunas veces por herencia. Dos de los conjuntos que se presentaron el domingo tienen esta característica uno de ellos es Tupá Noi, nacido en la localidad de Alvear e integrado por padres madres hijos y sobrinos. Tupa Noi se presentó en la primera mitad de la noche y su música recibió el abrazo de todo el anfiteatro. El domingo también se presentó Coquimarola (hijo del taita del chamamé) y su conjunto que entre otras canciones interpretó un tema de Gabriel Cocomarola (hijo de Coqui).
Al cierre de esta edición se esperaba el inicio de la cuarta luna chamamecera que tenía como figura principal al misionero Chango Spasiuk.
(Litoral)