POLITICA | Extraordinaria victoria de ECO que consolida su supremacía política

El oficialismo alcanzó un contundente triunfo que le permitirá mantener con holgura los dos tercios en ambos cuerpos legislativos provinciales. En Capital superó el 70% de los votos.


La inercia electoral parecía, a priori, que no iba a cambiar en los comicios de ayer. En las sucesivas contiendas en las urnas de años pasados, el oficialista Encuentro por Corrientes (ECO) se distanciaba, cada vez más, del peronista Frente de Todos (o del nombre de la alianza que le pusieran). Y para ayer muchos (por no decir todos, incluso los justicialistas) presagiaban otra soberana paliza como la del 2021. Así fue.

Fue tal la confianza en otra categórica y concluyente victoria que un segundo después de las 18, el gobernador Gustavo Valdés aseguró el triunfo en sus redes sociales y agradeció el multitudinario acompañamiento electoral. Y un rato después, el Mandatario correntino recibió al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los precandidatos a Presidente por Juntos por el Cambio.

Con el 46% de las mesas escrutadas (la carga de datos del escrutinio provisorio fue extremadamente lenta), ECO + Vamos Corrientes cosechaba, en la grilla de Diputados, el 67% de los votos, lo que le permitiría alcanzar 11 bancas legislativas (ponía en juego una decena de escaños). Lejos, el Frente de Todos (FDT) apenas consiguió 28% de los sufragios lo que solo significará la consagración de cuatro de sus candidatos a este cuerpo (el 10 de diciembre, cinco de sus representantes dirán adiós). Si antes de las elecciones ECO tenía una mayoría abrumadora en Diputados (22 a 8), la disparidad será aún mayor con el recambio (23 a 7).

En el Senado pasó algo muy similar. ECO cosechaba el 67% de los votos y obtendría cuatro bancas (contra tres que finalizan sus mandatos) y el FDT 28% que significaría la obtención de un escaño (contra dos que concluirán sus labores parlamentarias). Otra postal parecida: hoy ECO tiene 11 bancas contra solo 4 de la oposición. Desde el 10 de diciembre serán 12 a 3. Categórico

Dos ejemplos de la disparidad de fuerzas. En Capital, ECO superó el 70% de los votos. El intendente, Eduardo Tassano, había dicho que la elección sería un plebiscito a su gestión. Debe estar muy contento. Y la fea derrota del peronismo en Paso de los Libres, localidad de la que es oriunda Celeste Ascúa, candidata a senadora en primer término del FDT, a la vez hermana del intendente. La caída en las urnas caló muy hondo y prácticamente dinamitó la posibilidad de Martín Ascúa en 2025 de pelear por la Gobernación.

Crónica de una victoria anunciada

En las elecciones del 2021, Gustavo Valdés fue reelecto como Gobernador luego de alcanzar más del 76% de los votos en primera vuelta, una cifra jamás lograda por candidato alguno en la historia correntina y entre los más altos a nivel país.

Y desde ese año hasta ayer, ECO no solo solidificó su alianza que nuclea a más de una treintena de partidos sino que su líder natural, Gustavo Valdés, se convirtió en una suerte de "rock star" e indudablemente es el hombre a quien más selfie le piden en suelo del Taragüí. La aceptación de su gobierno por parte de sus comprovincianos es altísima. A sabiendas de esto, se puso la campaña al hombro. Pero, además por si no fuera poco, Ricardo Colombi, el hombre que más tiempo estuvo sentado en el "sillón de Ferré", lideró la nómina de senadores, el primer segmento de la boleta.

Enfrente, la nave insignia del FDT, el Partido Justicialista (PJ), continúa intervenido y a la deriva. En el cierre de listas, un sector se alejó y formó una nueva alianza (Ganemos Corrientes) y otro grupo, el "fabianismo" (grupo que fuera liderado por el fallecido Fabián Ríos), no fue incluido en la nómina de candidatos y la mayoría de sus dirigentes "hizo la plancha" en esta elección (más allá de que en público y ante los micrófonos de los periodistas digan algo distinto).

Con tanta disparidad, el resultado no podía ser diferente. En el inicio de esta nota se usó, adrede, la palabra inercia. De acuerdo al diccionario, es la incapacidad que tienen los cuerpos de modificar por sí mismos el estado de reposo o movimiento en que se encuentran. La oposición no tuvo la capacidad para torcer la historia. Y el oficialismo aprovechó no solo su buen andar electoral sino la poca (o nula) vocación de poder de un PJ en el que sus dirigentes están más preocupados en cuidar su metro cuadrado (el cargo, para ser más claro) que en pelear, en serio, la hegemonía del frente liderado por los radicales.

No sorprendieron, entonces, los resultados de ayer.




(Epoca)