Mucho más allá de una cifra que marca el impacto de la pandemia en la provincia, significa la pérdida de invaluables seres humanos.
Los decesos en pacientes afectados por COVID-19 dentro del Hospital de Campaña “Escuela Hogar” alcanzaron ayer a 602 desde el primer caso fatal registrado el 18 de julio de 2020. Ayer, fallecieron siete pacientes y hubo 338 casos nuevos, de los cuales 93 fueron contagios en Capital y los 245 restantes en 30 del interior.
Detrás de la fría estadística que relativiza el drama humano de la pandemia, se encuentran historias de vidas: padres, madres, hijos o amigos. En profesiones podemos hablar de médicos, enfermeros, policías, políticos, religiosos, personajes de la cultura, docentes o tan solo vecinos.
El primer fallecido fue un hombre de 70 años de Capital. A él le siguieron otros lamentables casos como el de una joven de apenas 22 años (la víctima más joven) en febrero de 2021 y el fallecimiento de una mujer embaraza de 38 años, junto a su bebé de 22 semanas de gestación en diciembre de 2020.
Gran conmoción generó en la sociedad la muerte de Juan José Livia (56), el primer médico en morir por el virus en la provincia. Con mucho afecto los recordaron amigos y numerosos pacientes que destacaron su calidad de persona.
A Livia le siguieron otros médicos y enfermeros muy queridos como Marcelo Verón (47), Enrique Marottoli (63), y Fernando Tomasella, un popular médico de Goya. Al mismo tiempo la pandemia afectó a las mujeres como Andrea Villanueva (40), una paramédica del 107; o Noemí Gómez (32) una enfermera correntina que murió en Pilar.
El virus genera daños colaterales en el sistema de salud y los familiares de los profesionales son los más expuestos. Vale recordar el fallecimiento de “Don Achinelli”, un hombre de más de 80 años y padre del infectólogo Fernando Achinelli, uno de los más grandes referentes correntinos en la lucha contra la pandemia.
La fe también tuvo sus golpes con el deceso de James Adams Flores (53), rector del Seminario de Corrientes. Y el caso más resonante en el ambiente religioso fue la partida de la pastora Roxana de la Iglesia Cristiana Casa del Amor de Dios. La mujer había sido una de las impulsoras de las cadenas de oración en la vereda del Hospital de Campaña y líder de su congregación.
En el ambiente educativo se puede mencionar a Carlos Casarino (58) profesor, miembro de la Junta de Historia de la provincia y escritor. O Winnie Merlo, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE; hecho que más repercutió en el gabinete del Gobierno Provincial, ya que era la esposa del Ministro de Ciencia y Tecnología.
Siete en un día
La Dirección Ejecutiva del Hospital de Campaña informó ayer que fallecieron tres mujeres (de 77, 64 y 68 años) y cuatro hombres (de 81, 79, 68 y 66 años). Todos con enfermedades previas. Con ellos, la cifra de muertos sólo en abril llegó a 88.
El expresidente del Superior Tribunal de Justicia, cargo que desempeñó entre 2001 y 2013, Carlos Rubin (81), fue uno de los decesos de ayer por el virus que despertó mayor congoja. Incluso, el gobernador Gustavo Valdés le dedicó unas sentidas palabras en su Twitter oficial: “Envío mis condolencias a sus seres queridos. Lo sobrevivirá su ejemplo de apego a la Constitución y las leyes”.
Carlos Rubín, un magistrado notable
Su paso por la magistratura desde su juramento como Juez de Cámara en su Curuzú Cuatiá en 1992, cargo que ocupó hasta que con el regreso a la normalidad institucional en 2001, tras la última intervención a la provincia fue designado Ministro del STJ en 2001. En 2009 asumió por primera vez la Presidencia del Superior Tribunal de Justicia, cargo para el que fue ratificado año tras año hasta 2013, cuando presentó su renuncia tras firmar el fallo que determinó el fin de las re-reelecciones de los intendentes y un antecedentes para ponerle límites a las pretensiones de continuidad de otros políticos para cargos mas importantes. Desde su retiro vivió en Curuzú Cuatiá. Ayer, la judicatura correntina perdió un un magistrado notable.