ASAMBLEA GENERAL | El conflicto en Ucrania y el funcionamiento de la ONU, en el centro de los discursos

La mayoría de los mandatarios latinoamericanos pidieron por la paz en Europa del Este y hubo cuestionamientos al Consejo de Seguridad, a lo que se agregaron otras temáticas desde problemas alimentarios, cuestiones climáticas y corrupción.


El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania estuvo este martes en el centro de los discursos de la mayoría de los presidentes de la región que hablaron ante la Asamblea General de la ONU, con exhortaciones a la paz y a una salida negociada, en la que constituyó casi la única coincidencia porque las temáticas fueron luego desde la seguridad alimentaria a las cuestiones climáticas y la corrupción.

En el ineludible tema de la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero, los mandatarios latinoamericanos incluyeron cuestionamientos a la ONU misma y, más puntualmente, al Consejo de Seguridad, así como advertencias sobre cómo el afán de las firmas multinacionales genera conflictos en el mundo.

El presidente Alberto Fernández, quien remarcó la necesidad de "imponer el diálogo y recuperar la paz" en Ucrania, lamentó que "los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades".
Advirtió que "guardar silencio ante semejante evidencia" puede llevar a "poner en crisis el mismo estado de derecho" y denunció que quienes buscan "debilitar y erosionar a las democracias tienen intereses específicos que los llevan a promover la polarización extrema".

Como es habitual, le tocó al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abrir el debate general del 77mo. período de sesiones de la Asamblea, oportunidad en la opinó que aunque la ONU sirvió para restaurar la paz tras la Segunda Guerra Mundial, ahora la lucha en Ucrania sirve de "alerta", por lo que reclamó "una reforma" para encontrar la paz mundial

"Hemos intentado hacer todo lo posible para ofrecer soluciones negociadas para pacificar los conflictos", subrayó Bolsonaro, quien usó esa tribuna para atacar a su rival en las elecciones del 2 de octubre, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, aunque sin nombrarlo directamente.
"Durante mi gestión hemos acabado con la corrupción sistémica que existía en el país; entre 2003 y 2015, el periodo en el que la izquierda presidió Brasil, el nivel de endeudamiento de Petrobas alcanzó los 170.000 millones de dólares y la persona responsable fue condenada", dijo el presidente.

Su par de Bolivia, Luis Arce, propuso declarar al mundo como “zona de paz”, expresó su preocupación por “el considerable número de conflictos armados que azotan a la humanidad" y acusó a las “transnacionales de la guerra” por generar disputas “por el afán de imponer un orden político y económico funcional a los intereses del capitalismo".

"El multilateralismo es el único mecanismo que representa una garantía de respeto entre los estados independiente de su poderío económico o militar", sostuvo Arce.
En su primera participación en la Asamblea, el colombiano Gustavo Petro denunció el fracaso de la guerra antidrogas y advirtió que, si no se modifica el paradigma para abordar el flagelo, en los próximos 40 años "Estados Unidos verá morir de sobredosis a 2,8 millones de jóvenes".

"Han aumentado los consumos mortales, de drogas suaves han pasado a las más duras, se ha producido un genocidio en mi continente y en mi país, han condenado a las cárceles a millones de personas", manifestó Petro, primer presidente de izquierda de Colombia, principal país productor mundial de cocaína.

También exhortó a Rusia y Ucrania a dialogar para lograr la paz porque “es hora de que los eslavos hablen entre sí”. “Solo en paz podremos salvar la vida en esta, nuestra tierra", sentenció el mandatario.
A su turno, el chileno Gabriel Boric lamentó la "injusta guerra" desatada en Ucrania, a la que juzgó causa de desestabilización a nivel global, como también lo serían la "guerra comercial" entre Estados Unidos y Rusia o la pandemia de Covid-19.

Pero Boric dedicó más tiempo a repasar la situación interna de su país tras el rechazo a la nueva Constitución en la consulta del 4 de este mes, resultado que el Gobierno, afirmó, asume "con los ojos y el corazón bien abiertos" y advirtió que ningún país está exento de movilizaciones como las que se produjeron en Chile durante el "estallido social" de 2019.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo que su país instalará una comisión internacional contra la corrupción con la cooperación del secretario general del organismo mundial, António Guterres.

"Nunca más cargaremos con el estereotipo de república bananera; terminaremos con los monopolios y oligopólicos que empobrecen nuestra economía", subrayó la primera mujer presidenta de Honduras en 200 años.
Una nota distinta puso el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, no por señalar el "compromiso" de su país con la resolución pacífica de los conflictos y la necesidad de “repensar” el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la ONU de cara al enfrentamiento Rusia-Ucrania, sino por su pedido de incorporación de Taiwán a la organización.

Además de expresar que “no se puede hablar de iniciativas globales para erradicar la pobreza cuando nuestras economías se ven contaminadas por ganancias provenientes de las actividades ilícitas”, Abdo Benítez dejó en claro que Asunción apoya "enfáticamente" la participación de Taiwán en el "sistema multilateral" del organismo de la ONU.

Paraguay es el único país de Sudamérica que tiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, una isla que China considera parte de su territorio.

Pedro Castillo, mandatario de Perú, reafirmó la “firme decisión de defensa del principio de no agresión y del respeto a la integridad territorial de los estados” y criticó la “la ilegitimidad de la intervención de Rusia en Ucrania, de la misma manera que reprueba la persistente ocupación por parte de Israel de territorios palestinos y árabes desde 1967".

Y en una referencia a la situación interna de su país, donde debió enfrentar ya dos intentos de destituirlo por parte del Congreso, alertó que “los golpes de estado, sea cual sea su modalidad o el poder de Estado que los impulse, son ilegítimos”, porque “atentan contra la expresión soberana de la voluntad popular".
Desde afuera de la región, el francés Emmanuel Macron lamentó que la intervención militar de Rusia a Ucrania provocó un "regreso a la era del imperialismo" y prometió que su país “trabajará persistentemente por la paz".

"Aquellos que guardan silencio ahora sobre este nuevo imperialismo o son secretamente cómplices de él o muestran una nueva forma de cinismo que está rompiendo el orden global sin el cual la paz no es posible", dijo Macron.

Este miércoles, cuando hable el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reclamará una “reforma urgente” del Consejo de Seguridad, según anunció el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

No le responderá su par Vladimir Putin, que no estará en Nueva York –no asiste desde 2015-, aunque hoy afirmó que continuará defendiendo una política exterior "soberana" y denunció la voluntad de "hegemonía" de los países occidentales.

"Lamentablemente, el desarrollo hacia la multipolaridad tropieza con la resistencia de quienes se esfuerzan por mantener un papel hegemónico en los asuntos del mundo y buscan controlarlo todo: América Latina, Europa, Asia y África", dijo el mandatario ruso, en una referencia casi adelantada a la palabra de Biden.




(Telam)