Noviembre
21
El partido más triste de la historia
En 1973, Chile era un país prisionero de la dictadura militar, y el Estadio Nacional se había convertido en campo de concentración y en cámara de torturas.
La selección chilena iba a disputar, contra la Unión Soviética, un partido decisivo para clasificar a la Copa del Mundo.
La dictadura de Pinochet decidió que el partido debía disputarse en el Estadio Nacional, sí o sí.
Los presos que el estadio encerraba fueron trasladados de apuro y las máximas autoridades del fútbol mundial inspeccionaron la cancha, césped impecable, y dieron su bendición.
La selección soviética se negó a jugar.
Asistieron dieciocho mil entusiastas, que pagaron entrada y ovacionaron el gol que Francisco Valdés metió en el arco vacío.
La selección chilena jugó contra nadie.