EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los dias

 Noviembre

24

Abuela

En 1974, sus huesos aparecieron en las colinas pedregosas de Etiopía. 

Sus descubridores la llamaron Lucy.

Gracias a la tecnología más avanzada, pudieron calcularle la edad, unos tres millones ciento setenta y cinco mil años, día más, día menos, y también la estatura: era más bien bajita, medía un metro y poco.

Lo demás fue deducido, o quizás adivinado: tenía el cuerpo bastante peludo, y a no caminaba en cuatro patas pero se balanceaba en andares de chimpancé, con las manos casi rozando el suelo, y más que el suelo le gustaban las copas de los árboles.

Quizás había muerto ahogada en un río.

Quizás huía de un león o de algún otro desconocido que se mostró interesado por ella.

Había nacido mucho antes que el fuego y la palabra, pero quizás hablaba y a un lenguaje de gestos y ruidos que quizá decían, o querían decir, pongamos por caso,

tengo frío,

tengo hambre,

no me dejen sola.