CAMARA DE DIPUTADOS | El Frente de Todos pidió la expulsión de Gerardo Milman de la Cámara de Diputados
Después del planteo de Cristina Kirchner, el bloque del FdT decidió avanzar con la presentación contra el legislador del PRO. El pedido para apartarlo de la Cámara baja se funda en las denuncias sobre los vínculos de Milman con el atentado contra CFK, las contrataciones irregulares de numerosas asesoras en el Ministerio de Seguridad y luego en Diputados, la acusación por el delito de dádivas y las sospechas por gastos millonarios por encima de sus ingresos declarados.
El discurso de Cristina
Fernández de Kirchner en Avellaneda tuvo su primer efecto: el bloque del Frente
de Todos de la Cámara de Diputados pidió la expulsión de Gerardo Milman por
inhabilidad moral. El proyecto, que lleva la firma de cinco diputadas
oficialistas, se centra en cinco hechos sospechosos en los que la mano derecha
de Patricia Bullrich se vio envuelta: su vínculo con el intento de asesinato a
la vicepresidenta; las irregulares contrataciones de numerosas asesoras
(primero en el Ministerio de Seguridad y luego en Diputados); la denuncia por
el delito de dádivas a raíz de tener a disposición un auto de una empresa
privada proveedora del Estado; la designación de 18 espías sin antecedentes ni
funciones cuando estuvo en Seguridad; y, por último, las sospechas por contratos
de alquiler por grandes sumas de dinero. Si bien las chances de que la
expulsión prospere son escasas --se necesitan dos tercios del cuerpo para
desaforarlo--, el FdT apuesta a endurecer la presión sobre el diputado del PRO
(y, de paso, dar cuenta que se escuchó fuerte y claro el mensaje de CFK).
"Me acuerdo
cuando en la pandemia se echó a un diputado porque le besaba una teta a la
novia. Han desaforado a (Julio) De Vido por una causa por la que estuvo dos
años preso, y se descubrió que el perito y el informe eran truchos. ¿Qué pasa
cuando nos enteramos que el señor Milman tenía no se cuántas señoritas a cargo
y que, siendo integrante de la Comisión de Seguridad, tenía vinculaciones y
contratos con empresas de seguridad?", lanzó CFK el martes, en su primera
aparición pública tras anunciar que no será candidata en 2023. Sus palabras -un
mensaje directo a toda la dirigencia peronista- hicieron mella entre los
diputados del FdT. El presidente del bloque oficialista, Germán Martínez, venía
trabajando desde hace una semana con la secretaria parlamentaria (y referente
de La Cámpora), Paula Penacca, y otras diputadas en un proyecto de expulsión a
Milman por "inhabilidad moral". Para evitar problemas con Juntos por
el Cambio antes de la última sesión del año, se había decidido esperar unos
días. Sin embargo, la sesión se terminó frustrando por falta de quórum y el FdT
resolvió avanzar. Apurado, en gran medida, por el discurso de la
vicepresidenta.
El proyecto
lleva la firma de cinco diputadas: Carolina Moisés, Hilda Clelia Aguirre, Mara
Brawer, Mónica Macha y Carolina Yutrovic. En los argumentos -redactados
principalmente por Penacca-, las legisladoras solicitan la expulsión de Milman
por su participación en una serie de hechos que, argumentan, "tiñen de inmoralidad
a quien debería representar los intereses de la Nación". Al igual que
otros pedidos de expulsión -en el último mes ya se presentaron uno contra
Cristian Ritondo (PRO) y otro contra Rodolfo Tailhade (FdT)-, las posibilidades
de que prospere son casi nulas. En principio, la iniciativa se trataría primero
en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, que preside la propia
Pennaca, y podría obtener dictamen. El problema es que, de acuerdo al artículo
66º de la Constitución, se necesitan dos tercios del recinto para expulsar a un
diputado de la Cámara. El FdT tiene 118 legisladores y Juntos por el Cambio
116: ni con el apoyo de todos los bloques ajenos a JxC el oficialismo estaría
cerca de avanzar con la expulsión.
Los fundamentos
El primero de los
hechos a los que el FdT se refiere para justificar el pedido de expulsión es el
intento de magnicidio de CFK. Y es que el 23 de septiembre, un testigo se
presentó ante el juzgado de María Eugenia Capuchetti y aseguró haber escuchado
a Milman decir, en la confitería Casablanca, que "cuando la maten estaré
camino a la Costa": esa charla -contó- fue dos días antes de que Fernando
Sabag Montiel gatillara ante la cabeza de la vicepresidenta. Cuando el atentado
ocurrió, Milman se encontraba en Pinamar. A ese hecho, las diputadas le sumaron
las conexiones que, durante la investigación, se le descubrieron al diputado
del PRO con los autores materiales del atentado.
La frase en
Casablanca habría sido pronunciada delante de una de sus colaboradoras, la ex
Miss Argentina Carolina Gómez Mónaco. A raíz de este hecho se puso la lupa
sobre Gómez Mónaco y se descubrió que, a pesar de no contar con ninguna
experiencia, se la había contratado como directora de la Escuela de
Inteligencia Criminal cuando Milman era mano derecha de Bullrich en el
Ministerio de Seguridad. La semana pasada, a su vez, la Inspección General de
Justicia intervino por irregularidades un centro de estética que había sido
instalado por una sociedad entre Gómez Mónaco y otro asesor de Milman, Fernando
Daga.
El tercer hecho
sucedió en una madrugada de abril, cuando Milman intercedió ante la policía en
defensa de una mujer que manejaba un auto con documentos truchos, argumentando
que ella era la esposa (no lo era) y el auto era suyo (no lo era). Después se
descubrió que el Peugeot 2008 Sport que la mujer manejaba era propiedad de una
empresa privada que, tal como contó Raúl Kollman en este diario, era proveedora
de material de seguridad para el Estado cuando Mauricio Macri era presidente.
Esto suscitó una imputación por el delito de dádivas.
Por último, el
proyecto cita una denuncia penal presentada por el ministro de Seguridad,
Aníbal Fernández, y, a su vez, de una serie de "sospechosos"
contratos de alquiler. En el primer caso refiere a la contratación de 18 espías
durante el gobierno de Macri que no contaban con experiencia en inteligencia
criminal y que habría cobrado sin realizar funciones. En el segundo, a diversos
alquileres que "resultan inexplicables en relación a sus ingresos como
diputado nacional", como una casa en Exaltación de la Cruz por nueve meses
que le costó 37 mil dólares.
"Si las
acusaciones que recaen sobre Milman hubiesen recaído sobre cualquier diputado
de nuestro bloque, el escándalo montado por la oposición hubiera sido feroz. Si
las evidencias que hay de la complicidad de la Corte Suprema y jueces con
determinados grupos económicos y representantes políticos del PRO involucrasen
a dirigentes del peronismo, estarían todos pidiendo el desafuero",
cuestionó, en diálogo con Página/12, la jujeña Carolina Moises.
La reacción del
PRO
Si bien un
sector del PRO viene soltándole la mano a Milman desde hace un tiempo -Patricia
Bullrich lo desplazó como su jefe de campaña y también dejó la vicepresidencia
del bloque en Diputados-, la bancada que preside Cristian Ritondo salió
institucionalmente a defenderlo con un comunicado. "No vamos a cometer el
agravio institucional de los kirchneristas que son maestros en violar la
Constitución. Vamos a seguir respetando el funcionamiento independiente de los
tres poderes, y cuando algún integrante de la oposición que componemos sea
citado por la Justicia, confiaremos en ella", sostuvieron.
En privado,
mientras tanto, un diputado del PRO sostuvo que la medida del oficialismo era
"puro show" y advirtió sobre las consecuencias que podría tener de
cara a una nueva convocatoria de sesión: "Ahora que vengan a buscar
sesionar y consigan los votos".
La diputada del
FdT Mara Brawer, mientras tanto, fue tajante: "No necesitás una sentencia
para separar a un diputado de su cargo. Es como dijo Cristina la otra vez: si a
Ameri lo sacamos por besarle la teta a la novia, a Milman, con todos estos
hechos probados, lo tenemos que poder sancionar. El pedido es por inhabilidad
moral, no por sentencia judicial".