La ministra de Mujeres presentó la denuncia por las expresiones "violentas, discriminatorias y agraviantes". Asociaciones profesionales y especialistas en salud mental alertaron que esos dichos son "aberrantes", evidencian "ignorancia" y constituyen un acto ilegal.
Asociaciones de
profesionales de la salud mental y especialistas en psicología y psiquiatría
advirtieron que es una "aberración" emitir opiniones en espacios
públicos sobre presuntos trastornos mentales de una persona y advirtieron que
las problemáticas de orden psíquico "nunca tienen una relación
causal". Lo hicieron al rechazar las expresiones de las periodistas
Viviana Canosa y Laura Di Marco en el canal LN+, donde aludieron a una supuesta
"anorexia nerviosa galopante" de Florencia Kirchner y una presunta
responsabilidad al respecto de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Los
expertos resaltaron la "ignorancia" que evidenciaron las periodistas
y la violación que cometieron a la ley de Salud Mental. La ministra de Mujeres,
Ayelén Mazzina, denunció ante el Enacom esas expresiones "violentas,
discriminatorias y agraviantes" y desde el organismo anunciaron que el
canal "recibirá una multa que puede ser significativa".
"La
periodista Laura Di Marco --en un diálogo con una complaciente Viviana
Canosa--emitió al menos siete afirmaciones diagnósticas y etiológicas:
adicción, abuso, anorexia nerviosa, psicopatía, narcisismo patológico,
bipolaridad, intento de suicidio", marcó la Asociación Colegio de
Psicoanalistas en un documento donde expresó su repudio al episodio. "Cada
una de estas clasificaciones, ya sea de índole diagnóstica o por hechos
acontecidos, en manos de un/a profesional de salud mental, sería el resultado
de un trabajo minucioso, de la utilización de una batería de elementos
diagnósticos y formulada después de un lapso variable de tiempo de estudio y
análisis hasta llegar a conclusiones, siempre provisorias y en continua
revisión", sostuvieron.
En este contexto,
advirtieron que "la ligereza con la cual se han realizado estas
afirmaciones nos resulta peligrosamente problemática por múltiples
motivos". En primer lugar, explicaron, porque "banaliza el ejercicio
de las profesiones vinculadas con la salud mental sugiriendo que en esta
disciplina son posibles las afirmaciones concluyentes y 'autorizadas' por parte
de cualquier persona"; y en segundo término "estigmatiza al
sufrimiento mental sentenciando a quienes lo padecen".
Por otro lado,
estas afirmaciones establecieron una explicación causal acerca de fenómenos de
una enorme complejidad, "inferencias que sólo pueden ofrecerse desde una
profunda ignorancia acerca de la etiología de fenómenos mentales"; además
de que expresaron que el sufrimiento mental tiene una culpable (la madre) y por
la forma en la que se refirió "violenta a las mismas personas de cuyo
sufrimiento o de cuyo diagnóstico se habla públicamente".
Por su parte, la
Asociación Argentina de Salud Mental (AASM) subrayó que "los temas de
salud deben ser tratados por profesionales de la salud y no por comentadores o
periodistas, que muchas veces lo hacen desde el odio, el amarillismo, el morbo
y las opiniones desacertadas y malintencionadas, que solo logran estigmatizar y
violar los derechos de las personas con padecimiento mental y desinformar y
confundir a la sociedad".
La AASM subrayó
que la periodista "no solo se dirigió en forma ofensiva, violenta,
inadecuada y desafortunada en relación al estado de salud de una persona, sino
que realizó por televisión un diagnosticó en forma ilegal", además de
describir "con conceptos falsos, incoherentes y absurdos la supuesta causa
de ese padecimiento, aseverando que la misma es producto de 'la falta de
madre'".
"En este
contexto, el trato mediático inadecuado, en este caso, evidenció la violación
total del derecho a la intimidad de una persona, la ausencia de las más
elementales normas éticas, pero fundamentalmente, el desconocimiento de las
normas vigentes en relación al trato que los medios se encuentran obligados a
cumplir según la ley", aseveró la asociación.
Además, instó a
los y las periodistas a tratar "con seriedad" los temas de salud y a
las autoridades "a tomar las medidas necesarias para sancionar esta
miserable actitud que nada tiene que ver con el periodismo".
También el
Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Santa Fe 2da circunscripción expresó su
rechazo y advirtió que lo sucedido "no es falta de nutrición materna, es
violencia comunicacional". La entidad sostuvo que las afirmaciones de Di
Marco "no sólo carecen de fundamento científico respecto a los
padecimientos subjetivos en general y a los llamados trastornos de la
alimentación en particular, sino que además están dirigidos a continuar y
profundizar la escalada de odio y violencia con fines políticos".
El Colegio
advirtió el daño que esas manifestaciones pueden producir en las personas que
parecen trastornos alimenticios y mencionó que, según datos del Centro
especializado en la prevención, investigación y tratamiento de bulimia,
anorexia y sobrepeso (BACE), en la Argentina entre el 12% y el 15% de los
adolescentes padecen de anorexia o bulimia nerviosa, siendo el 90% de las
personas afectadas mujeres y el 10% varones.
En ese sentido,
Laura Musante, psicóloga e integrante de la ONG Proyecto Suma, destacó que
"es una aberración que alguien hable en esos términos, con esa liviandad.
Es incorrecto hablar de la salud mental de una persona cuando no se conoce a la
paciente ni su historia. Ese supuesto diagnóstico se usó de manera despectiva,
lo cual refuerza el estigma que padecen las personas con trastornos".
Juan Eduardo
Tesone, médico psiquiatra y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica
Argentina (APA), opinó que los dichos de las periodistas son "una
simplificación realmente peligrosa porque ubica a los padres en un lugar que no
merecen porque nadie puede sentirse responsable de alguna dificultad que posee
alguno de los hijos, y menos de una manera tan lineal". "Las
problemáticas de orden psíquico nunca tienen una relación causal y de nada sirve
responsabilizar a los padres por la problemática que los hijos puedan
tener", indicó.
Por su parte,
María Teresa Calabrese, endocrinóloga, psiquiatra y psicoanalista, remarcó la
importancia de "no utilizar los diagnósticos para estigmatizar a las personas
o, lo que es peor, utilizarlos a veces como insultos". "Estas
periodistas han hecho un uso muy desafortunado de un cuadro con el que muchas
personas se pueden sentir identificadas y lamentablemente habla gente que no es
idónea, pero el que las escucha cree que sí lo son y la persona que padece
estas enfermedades o estos cuadros se puede sentir muy afectada, sobre todo muy
desorientada porque se dicen cosas que no son reales", agregó la
especialista en trastornos de las conductas alimentarias.
En la denuncia
presentada ante el titular del Enacom, Claudio Ambrosini, la ministra Mazzina
explicó que esas periodistas vertieron "agresiones, improperios,
expresiones violentas, discriminatorias y agraviantes, ataques, gestos y
diversas manifestaciones contrarias al ordenamiento jurídico a fin de hostigar
y amedrentar a la vicepresidenta Cristina Kirchner y a su hija Florencia
Kirchner".
Esas expresiones
"colisionan con lo normado en la ley 23.592 de actos discriminatorios y,
por otro lado, configuraron actos de violencia psicológica, política,
público-política y simbólica por motivos de género", según lo establecido
en distintos artículos de la "ley 26.485 de Protección Integral de las
Mujeres". "Propinar discursos de odio estigmatizando a mujeres --y
comprendiendo la dimensión objetiva que esa identidad implica-- son motivo de
nuestra observación y preocupación", se indica en el texto presentado ante
el Enacom.
Por su parte, el
vicepresidente de Enacom, Gustavo López, adelantó que el canal LN+
"recibirá una multa que puede ser significativa". "Hubo una
cuestión discriminatoria por cuestiones políticas porque se trata de la hija de
la vicepresidenta". "No se puede discriminar por razones de género,
de sexo, ni por cuestiones políticas. Acá hay una clara discriminación por
cuestiones políticas", reiteró López. El funcionario advirtió que las
periodistas "violaron todos los protocolos que tenemos escritos respecto
de las guías de contenido de cómo tratar determinados temas".
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