El equipo de Insúa, escolta de River en la Liga, lo ganó con un gol rápido tras una jugada un tanto curiosa. Boca no mostró un funcionamiento nuevo pero sí los problemas de los últimos partidos.
El ciclo de
Jorge Almirón como DT de Boca arrancó como los de Battaglia e Ibarra... Con
derrota ante San Lorenzo. Fue 1 a 0 para los de Rubén Darío Insúa en el Nuevo
Gasómetro gracias a un gol en contra de Pol Fernández y así quedar como
escoltas de River en la Liga Profesional, a sólo un punto aunque con un partido
más. Por el lado de la visita, no se vieron indicios del funcionamiento que
podría pretender Almirón -algo lógico ya que tuvo sólo dos días de trabajo-
pero sí la actitud que tanto desesperó a los hinchas xeneizes en los últimos
partidos.
Melena,
intensidad y rock
San Lorenzo
salió a comerse a Boca desde el minuto cero, como en sintonía con el look de su
entrenador: campera de cuero y melena al viento. El Ciclón se paró en campo
rival, hasta con línea de cuatro atacantes en algún momento, y tomó propiedad
de cada pelota dividida a pura intensidad. El conjunto local jugó acorde a lo
que le demanda su historia y un clásico, respondiendo al aliento ensordecedor
de su gente. Del otro lado, los jugadores de Boca dejaron mucho que desear
aunque también estuvieron en sintonía con el historial de este clásico si se
considera que favorece claramente a los de camiseta azulgrana, algo que los hinchas
se pasaron recordando al grito de "hijos nuestros".
Con ese arranque
furioso, el marcador no tardó en moverse. A los 9 minutos, el paraguayo Valdez
se "apagó" ante un rechazo de la defensa del Ciclón y Leguizamón
quedó solo para trepar por la izquierda. El zurdo se metió al área, mandó el
centro y tuvo la suerte de que Pol Fernández meta la pata para descolocar a
Chiquito Romero. 1-0 y descontrol en el Bajo Flores. Minutos antes de la lesión
de Valdez -reemplazado luego por Roncaglia- había pasado algo similar con Rafa
Pérez, pero Batalla terminó salvando a los suyos.
Perrito guardián
Es muy diferente
cuando el mejor del equipo es un volante de cuando es un delantero. El primero
es el caso de San Lorenzo, que tiene al Perrito Barrios, la ovacionadísima gran
figura del partido. El chiquitín de 1,56 metro es un artista a la hora de
proteger el balón, levanta al público con sus malabares y cuando queda con la
cancha de frente -cosa que Boca le permitió sin sonrojarse- es un peligro. Y
más importante aún, está siempre cerca de sus compañeros para recibir. Boca, en
cambio, tiene a sus receptores de fútbol, Villa y en menor medida Benedetto,
muy arriba. En consecuencia, el equipo de Almirón se perdió en pases largos
hacia ellos que casi siempre terminaron en manos de Batalla o la línea de
fondo.
Son
posiciones...
Ambos equipos
cambiaron para el segundo tiempo: Insúa sacó a Bareiro y puso a Campi en
defensa, moviendo a La Roca Sánchez del fondo al medio. Almirón metió a Juan
Ramírez en lugar de Sandez -se había salvado de la roja vía VAR luego de
intentar un patadón muy peligroso para la salud del pibe Giay- y el central
Valentini fue de lateral. El impacto de las modificaciones demostraron la
diferencia entre el presente de uno y otro equipo.
El partido del
colombiano de afro espectacular, quien venía teniendo flojos rendimientos,
cambió por completo: pasó de ser el más peligroso (para Boca) a tener una
excelente labor al lado de Jalil Elías. Incluso llegó con mucho aire a los
minutos finales y ganó él solito una pelota cuando se mandó a presionar a tres
rivales, una acción que le valió muchos aplausos.
En cambio, lo de
Valentini fue un reflejo de este Boca que marcha 15º, con 14 puntos: su primera
acción como lateral terminó en un pase a nadie y la segunda fue una aventura
ofensiva propia de un defensor central. Decir que la visita tenía problemas
mucho más graves que las incómoda posición del rubio, como el partidito
-imposible definirlo de otra manera- de Benedetto o la expulsión de Figal a los
59 minutos.
Boca en tres
jugadas
1) 45 minutos:
la Roca Sánchez falla en defensa -caída incluida- y Benedetto queda de cara al
arco. El goleador intenta un disparo con su pierna menos hábil, que dividió al
estadio entre abucheos y gestos de "¿qué hizo?". Previamente también le
había ganado al colombiado en el área y rematado a las nubes.
2) 65 minutos:
tiro libre para Boca, Villa toca con Varela en lugar de mandar el centro (con
siete compañeros en el área rival) y este remata pero da en el Perrito Barrios
y arranca la contra de San Lorenzo, cinco contra dos. Termina salvando Chiquito
Romero. (A favor de Villa, una vez más el más peligroso de la visita, Batalla
se hizo un festín toda la tarde noche con los centros muy altos de Boca).
3) 78 minutos:
Boca manda un pelotazo al área para generar quilombo y objetivo que se cumple.
Varela cabecea directo al travesaño y Merentiel, abajo del arco, termina
mandando el rebote afuera. Boca puede jugar mal, pero tampoco liga.
Antecedentes
San Lorenzo le
brindó su primera derrota a Almirón en Boca, algo que ya había hecho con
Battaglia e Ibarra. En 2021 fue 2-0 en La Bombonera para los comandados por
entonces por Paolo Montero (goles de Peruzzi y Ortigoza, de penal), contra un
equipo local plagado de juveniles y dirigido de emergencia por Battaglia -venía
de empatar con Banfield en su debut- ya que tanto Russo como la mayoría del
plantel quedaron "encerrados" por unos PCR positivos... Cosas de
pandemia.
Un año después
fue el turno de Ibarra, a quien le tocó agarrar la papa caliente tras la salida
de Battaglia y encima de visita en el Bajo Flores. Fue 2-1 para el San Lorenzo
ya de Insúa (goles de Giay y Bareiro; Rojo para Boca) ante un Xeneize muy
apático, en un partido que dio mucho que hablar por la actitud de sus
jugadores... No tan diferente de lo que ocurrió este miércoles.
Show de luces en
el Bajo
Corrían tres
minutos de partido aproximadamente cuando las luces del Nuevo Gasómetro
empezaron a parpadear alocadamente, como si se tratase de una fiesta
electrónica. Aunque era completamente de día, el árbitro Facundo Tello tuvo que
frenar el encuentro, ocasión que fue aprovechada por los y las hinchas de San
Lorenzo para acordarse de su dirigencia, y no por su buena tarea precisamente.
El Ciclón todavía espera fecha para sus elecciones internas, una demanda
constante del público azulgrana (entre muchas otras). Este miércoles la cancha
de San Lorenzo estuvo verdaderamente repleta a pesar del horario inusual que se
eligió para poner uno de los grandes partidos del fútbol argentino: día de
semana a las 17:30 (el horario original era a las 16:30, increíblemente) y el
público aprovechó la ocasión para cantar contra sus mandamases, como suele
suceder cuando juega de local.
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