EFEMERIDE | Eduardo Galeano: Los hijos de los dias

Julio 

La Cruz del Sur 

En esta noche de 1799, Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland descubrieron la Cruz del Sur. 

Ellos venían navegando, a través de la mar inmensa, cuando fueron saludados por esas estrellas que nunca habían visto. 

La Cruz del Sur les estaba anunciando el camino de América. 

Humboldt y Bonpland no venían a conquistar. Nada querían llevarse, mucho venían a dar. Y mucho nos dieron, esos científicos aventureros, que nos ayudaron a conocernos y a reconocernos. 

Años después, al fin del viaje por los adentros de la tierra americana, Humboldt regresó a Europa. 

Aimé, don Amado, eligió quedarse en esta tierra que ya era suya. 

Hasta el fin de sus días, don Amado recogió y clasificó miles de plantas ignoradas, y rescató perdidas hierbas medicinales de la tradición indígena, fundó farmacias verdes gratuitas para todos, aró, sembró, cosechó, crió hijos y gallinas, aprendió y enseñó, sufrió prisión y practicó el amor al prójimo (empezando por las prójimas, decía).