POLÍTICA | Milei lucha contra el desorden interno de su espacio y Massa apuesta a exponerlo en el debate
El líder de LLA busca recuperar centralidad y cortar con la fuga premeditada de legisladores. El mensaje de WhatsApp de Patricia Bullrich. La atención de cara al domingo.
Desde que Javier Milei, Mauricio Macri y Bullrich sellaron el acuerdo para este balotaje en la casa del ex presidente en Acassuso hace dos martes, 48 horas después de la derrota de Juntos por el Cambio, la estrategia electoral de La Libertad Avanza entró en una zona gris. Anoche, el candidato libertario se había encerrado en el hotel-búnker de la zona centro con un grupo de legisladores electos para contener la fuga a cuenta gotas de algunos dirigentes fastidiados con esa alianza con el PRO, y en los días previos le había solicitado a través de sus asesores al ex mandatario y a la ex ministra de Seguridad que bajaran el perfil mediático para volver a focalizar la campaña en su figura y en el eje “anti casta” que lo llevó a la segunda vuelta.
Bullrich comprendió el reclamo y así lo hizo saber en el WhatsApp al que accedió este medio, a pesar de que este domingo aceptó ser entrevistada en los estudios de LN+ en paralelo al candidato libertario. “Hoy nos confirmaron que es así, la combinación pública de Milei y el PRO parece que no dio muy buenos resultados en las encuestas”, aseguró este lunes un legislador opositor que recibió el mensaje.
Hacia el final de la semana pasada, sin embargo, Macri analizó la encuesta encargada por su equipo más cercano después del cierre con LLA que, según trascendió, arrojó una leve ventaja en favor de Milei, aunque con un importante número de indecisos que, de cara al debate de este fin de semana, cobra una especial relevancia. Al ex presidente, que hace dos domingos se presentó en el prime time televisivo para pedir de manera contundente el voto por los libertarios, le preocupa en estos días por igual la segunda vuelta como la política interna de Boca: después de la derrota del sábado en el Maracaná de Río de Janeiro por la Copa Libertadores, el fundador del PRO tiene casi decidido -encabezará una reunión cumbre antes del fin de semana- acompañar en la fórmula opositora a Juan Román Riquelme al ex ministro Andrés Ibarra.
Milei atraviesa momentos cruciales. En su entorno reconocen que la figura de Macri despierta recelo interno y resistencia pública -”Por eso no hay una foto conjunta”, razonaron-, y que por eso lo mejor fue activar rápidamente el acuerdo, horas después de las elecciones generales, para tratar de encarrilar la campaña lo más lejos posible del balotaje. Pero el malhumor puertas adentro expuso la fragilidad del armado libertario, y la incidencia de algunos dirigentes que pusieron en duda por estas horas la lealtad al proyecto. Con la excusa de la intromisión macrista en la campaña, primero fueron algunos legisladores nacionales electos los que manifestaron públicamente su descontento con esa situación, después un grupo de la provincia de Buenos Aires, que ventilaron este lunes el descontento, y se espera para los próximos días a otro sector que consiguió una banca en el Senado bonaerense. Hay inquietud, según confiaron, en torno a Carlos Kikuchi.
Por grupos, estratégicamente ideado, tal como se adelantó días atrás por este medio, para esmerilar al candidato presidencial que, según su entorno más cercano, necesita volver a recuperar la centralidad de la campaña. En el campamento libertario juran que, por ahora, el acuerdo con el macrismo se circunscribe solo a la logística por la fiscalización.
En Unión por la Patria, por el contrario, la centralidad es pura y exclusivamente de Sergio Massa desde hace tiempo. No hay ningún tema que no tenga su aprobación final, la campaña está focalizada solo en su figura y en las últimas semanas el ministro-candidato redobló los esfuerzos para que la “deskirchnerización” que publicita de su eventual gestión, si es elegido presidente, penetre en el votante que detesta al kirchnerismo -un buen número- y en el caudal de indecisos que aún no definió el voto.
“Cristina no va a tener influencia en mi gobierno”, insistió en la noche del domingo en el programa de Luis Majul, en LN+. Días atrás, la senadora Juliana Di Tullio, muy cercana a Cristina Kirchner, había utilizado una frase casi similar. Horas antes, Massa había abundado en que él nunca fue “kirchnerista”, si no “del Frente Renovador”.
En ese proceso “deskirchnerizador” que contiene un sostenido y acordado silencio por parte de La Cámpora, de su jefe Máximo Kirchner y de las principales figuras de la agrupación; apariciones fugaces de la ex presidenta en sus redes, con escasísimo volumen político; la orden de evitar temas ríspidos o hasta contradecir a su propio gobierno, y un corrimiento a un peronismo de centro que incluyó la llegada de Juan Manuel Urtubey y hasta promesas en Córdoba, a pesar de los sucesivos reproches de Juan Schiarett, Massa llega al debate de este domingo en la facultad de Derecho de la UBA de la ciudad de Buenos Aires con la presunción del que se considera superior al contrincante en el dominio de la puesta en escena.
(Infobae)