Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la identificación | La historia del nieto 131: cuando una foto vuelve a dar vida
Es hijo de Lucía Angela Nadin y de Aldo Hugo Quevedo desaparecidos en 1977. Cuando le comunicaron la noticia le mostraron una foto de sus padres que no podía dejar de mirar. Su historia. Cómo lo anuciaron las Abuelas ante una hinchada que también agradeció a la Selección y cantó La La La.
Vive en la
Provincia de Buenos Aires. Nunca se presentó a Abuelas de Plaza de Mayo con
dudas sobre su identidad, pero tal vez algo intuía: cuando lo llamaron del
juzgado el 4 de septiembre de este 2022 para pedirle que se acerque a hacerse
un estudio genético no se negó. Quienes estuvieron el miércoles con quien ahora
es el nieto recuperado 131 de Abuelas de Plaza de Mayo dicen que él no podía
dejar de mirar la foto de sus padres.
“Fue uno de los
momentos más conmovedores porque él es una copia de su papá”, dijo Claudia
Carlotto, la hija de Estela, en la conferencia de prensa donde dieron a conocer
la noticia. No es el único dato que habla del modo en el que las memorias se
hacen lugar en el cuerpo: el hijo varón de Lucía Angela Nadin y Aldo Hugo
Quevedo, desaparecidos en 1977, estudió Filosofía y Letras, la misma carrera de
su mamá y su papá.
"Muy buenas
tardes queridas amigas y amigos", dijo Estela de Carlotto apenas abrió el
micrófono durante un cierre de año en el que el auditorio repleto les cantó a
las Abuelas el La La La. “Esta es una reunión de amigos a la que los convocamos
para darles una muy buena noticia que completa la noticia del último domingo
del Mundial —dijo Estela— y para nosotros es más que eso todavía, y nos permite
despedir el año con la esperanza de trabajar por lo que todavía falta”. Y
entonces contó la noticia: “Felicidad por el encuentro de un nuevo nieto”,
dijo. Pronunció el nombre de los padres y a continuación habló de la historia.
La noticia había
comenzado a circular temprano como rumor. "Hay una buena noticia", se
decía en los callecitas del predio de la exESMA. De a poco se iba sabiendo que
era una nueva identificación, con un salto en el tiempo de tres años después de
la última de 2019. Que era producto de una investigación o judicialización, de
los casos de quienes no se hacen preguntas ni se acercan de manera espontánea a
Abuelas pero siguen surgiendo porque otros que aún se hacen preguntas acercan
un dato. Se decía que los padres eran de Mendoza; que militaban en el PRT; que
habían estado secuestrados en el Atlético y en el Banco, y que el niño
probablemente nació en la maternidad clandestina de la ESMA: una partida de
nacimiento fraguada del hospital Penna es una pista que vincula su parto y su
destino con la misma historia de Juan Cabandié.
Estela habló
detrás de una foto retrato de Lucía y de Aldo. Al lado se sentó Horacio
Pietragalla, de doble filiación en este contexto: nieto y secretario de
Derechos Humanos. Estuvieron también quienes participaron de la búsqueda:
Claudia Carlotto desde la CoNaDI y Pablo Parenti de la Unidad fiscal
especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de
Estado. A continuación siguió lo que puede decirse hasta ahora: cómo, dónde y
qué pasó con él aún debe esperar. “Él nos pidió un poco de tiempo —dijo
Claudia— para conocer antes a su familia”.
Lucía, Aldo y la
búsqueda
Lucía Angela
Nadín nació el 13 de diciembre de 1947 en la ciudad de Mendoza. Aldo, el 26 de
noviembre de 1941, en la localidad de San Carlos de la misma provincia.
Estudiaron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo donde
se conocieron y se casaron seis meses más tarde. Ella era profesora de francés,
latín y griego y trabajó con Aldo en un taller de encuadernación en Mendoza;
militaban en el PRT-ERP donde ella era "Chiquita" y él,
"Dipy".
En mayo de 1976
viajaron a Buenos Aires luego de la detención de un compañero de trabajo,
Nicolás Zárate. Con Lucía y Aldo también viajó Beatriz Corsino, compañera de
Nicolás. Los tres aparentemente fueron secuestrados al mismo tiempo entre
septiembre y octubre de 1977. Lucía llevaba un embarazo de dos o tres meses.
Ellos permanecieron en el Atlético y el Banco. A través de las y los
sobrevivientes pudo saberse que a Lucía la llevaron a dar a luz entre marzo y
abril de 1978. “Hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la
Escuela de Mecánica de la Armada”, dijo Estela. Desde entonces, no se supo nada
más de la pareja ni del bebé.
La búsqueda fue
compleja. La familia de Lucía no sabía que ella estaba embarazada. Con el
tiempo fueron recibiendo información de quienes habían estado con ella y Aldo
antes del secuestro. La primera denuncia formal la hizo el Movimiento Ecuménico
por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza en la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad (CoNaDI). “Si en este momento hay algo que me conmueve
—dijo Claudia Carlotto más tarde— son estas dos señoras del MEDH, Pocha Camín y
Elba Morales, que tanto militaron el caso Nadín Quevedo cuando había muy poca
información, muchas dificultades, pero fueron el pilar y el inicio de esta
investigación”.
El 23 de junio
de 2004, la CoNaDI confirmó el embarazo de Lucía. En 2005, los Nadín dejaron
una muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos. En marzo de 2010, la
CoNaDI contactó al hermano de Aldo y sumó su perfil al Banco. Hasta ahí. En
paralelo comenzó otra tarea: en 2015, a partir de información aportada por “la
sociedad”, como hablan las Abuelas de quienes acercan un dato, lograron
identificar a un varón. En 2019, tras un intento infructuoso de contactarlo, la
CoNaDI derivó el caso al equipo de Parenti. En abril de 2019, la Unidad lo
denunció en la Justicia y el último 14 de septiembre, el Juzgado Federal 4 de
Ariel Lijo logró localizarlo, lo invitó a hacerse el estudio genético y el
joven-adulto aceptó. El miércoles 21 de diciembre, el Banco comunicó la
noticia. “Es hijo de Lucía y Aldo”, contó Estela desde el escenario.
A la conferencia
de prensa se sumó Wado de Pedro; Jorge Taiana escuchó en primera fila; las y
los nietos identificados, Manu Goncálvez, Juan Cabandié, la generación del
recambio, hicieron el aguante parados en la parte de atrás del escenario.
Claudia Carlotto subrayó la articulación entre Estado y sociedad civil para las
búsquedas. Pablo Parenti dijo: “Se extrañaba estar acá, hace mucho que no
teníamos un encuentro. Nadie se desmoraliza con estas búsquedas, la cantidad
que se analiza es muy grande y en los últimos tiempos se multiplicaron”.
Pietragalla hizo un chascarrillo y luego habló del poder de una foto: la imagen
de Lucía y Aldo que estaba en el escenario. “Sus padres fueron secuestrados,
torturados y asesinados de la peor manera, pero hoy vuelven a aparecer —dijo—
porque su hijo sabe quiénes son: los miró por primera vez en una foto y creo
que eso es traerlos de vuelta a la vida, traerlos de vuelta al recuerdo y eso
es uno de los logros de nuestras queridas Abuelas que nos permitieron a cada
uno de nosotros recuperar la identidad por nosotros pero también para nuestros
padres que fueron desaparecidos de la peor manera”.
La AFA y los
jugadores
Hubo también clima
de Mundial. Agradecimiento a la AFA y a los jugadores que se comprometieron con
la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia sumándose a la campaña de
Abuelas y a la política que lleva adelante cada organismo de derechos humanos.
Hubo un destacado para señalar que la pelea por la recuperación continúa. Que
existen miles que siguen acercándose: sólo en los últimos cuatro años —dos en
pandemia, dijeron— 2.000 personas se acercaron por dudas sobre su identidad por
presentación espontánea y cerca de 400 a través de la Justicia, entre ellos el
último nieto recuperado. Hubo también tiempo para apuntar a más, ya no sólo
para hablarle directamente a los pibes-adultos sino a los que puedan seguir
aportando datos: gran parte de las últimas recuperaciones partieron de datos
que llegaron por esos a quienes las Abuelas ahora convocan.
“Se trata de un
trabajo constante, silencioso, paciente y amoroso. Pero todavía falta mucho y
el tiempo, lamentablemente, no se detiene”, dijo Estela en el final. “Por eso,
apelamos a la sociedad a sumarse: cualquier dato o sospecha es suficiente para
acercarse. No se guarden la información. No se queden con la duda. Rompan el
silencio. Nuestros nietos y nietas están entre nosotros”.
Hubo tuit del
Presidente y de la vice. “A pocas horas de la Navidad renace una vez más el
derecho a la Memoria y a la Identidad: Abuelas volvió a encontrar un nuevo
nieto, el 131. Enorme alegría y fuerte abrazo a esas mujeres ejemplo de lucha y
humanidad”, publicó CFK en sus redes. La casa de las Abuelas despedía el año
con esta noticia. Y las nuevas abuelas La La La.
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