Sergio Chodos sostuvo que hicieron lobby ante el Fondo para evitar que haya nuevos desembolsos financieros durante esta gestión. “Son antipatria”, aseguró.
El director
argentino ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), Sergio Chodos, aseguró
este domingo que tres economistas del gobierno de Mauricio Macri, a los que
calificó de "antipatria", les pidieron a funcionarios del organismo
multilateral que le no brinden asistencia financiera a la Argentina hasta que
asuma una nueva gestión, según confirmó el propio funcionario a Página/12.
Fuentes oficiales confirmaron que los ex funcionarios a los que se hizo alusión
Chodos son los ex ministros de Economía Alfonso Prat Gay y Hernán Lacunza y el
ex presidente del Banco Central, Guido Sandleris. La denuncia llega en medio de
un clima enrarecido por diversos rumores sobre una supuesta devaluación del
peso que estaría preparando el gobierno, versiones que la semana pasada le
dieron impulsó a los dólares financieros y al blue y frenaron la liquidación de
las divisas comprometidas como parte de la implementación del dólar agro.
Efecto pinzas
La sequía
impactó de lleno en las cuentas públicas en un momento que ya venía siendo
delicado por la escasez de reservas en el Banco Central y la dificultad para
cumplir con las metas acordadas con el FMI. En ese contexto, el gobierno apostó
al “dólar agro” para acelerar la liquidación de divisas al mismo tiempo que
negocia con el FMI para flexibilizar las metas y conseguir recursos
adicionales.
Los rumores de
devaluación le pegaron de lleno a la estrategia destinada a seducir a los
productores rurales para que vendan la soja. Si bien los ruidos comenzaron con
el paper que hizo circular el entonces jefe de asesores del presidente, Antonio
Aracre, luego obligado a renunciar, donde contemplaba la posibilidad de una
devaluación, el gobierno puso la mira en la sociedad de bolsa Max Capital que
el último viernes amplificó la versión de la devaluación del tipo de cambio
oficial a través de un mensaje enviado a sus clientes donde decía que se
produciría este lunes. “Lamentamos profundamente haber participado involuntariamente
de la difusión de un rumor infundado que no representa la opinión institucional
del grupo”, aseguraron el sábado a través de un comunicado en el que
responsabilizaron a un empleado que “actuó por cuenta propia”.
Ahora Chodos
denunció que en los últimos días hubo funcionarios del macrismo que le pidieron
al FMI que no le gire más fondos a la Argentina, lo cual terminaría de
complicar cualquier tipo de estrategia oficial para llegar con cierto
equilibrio macroeconómico a las próximas elecciones. De ese modo, se
completaría el efecto pinzas destinado a asfixiar al gobierno y forzar un
estallido que reduzca al mínimo sus chances electorales ya que si el FMI no
gira fondos Argentina entraría en default con el organismo.
Los “antipatria”
Chodos no identificó
a los economistas con nombre y apellido, simplemente se limitó a dar pistas
sobre quienes serían con una especie de acertijo que hizo circular en la mañana
del domingo a través de un cable de la agencia Noticias Argentinas, que el
propio gobierno se encargó de distribuir para amplificar su impacto. "Uno
que tiene a su esposa de directora haciendo trading, uno sospechado de lavado,
y uno que declaró el default con nombre coqueto, llamaron a distintos
funcionarios del FMI para pedir que no le den plata a la Argentina en este
gobierno", aseguró.
"(Son)
antipatria porque la deuda es de la Argentina por culpa de ellos y se contrajo
para rescatar a tenedores de deuda privada en muchos casos vinculados y para
financiar fuga de activos", sostuvo Chodos, quien en diálogo con PáginaI12
confirmó la denuncia.
Luego agregó:
"Es triste y antipatria también considerando que todo el marco de relación
con el FMI pasó a ser discutido de cara a la sociedad, habiendo pasado por el
Congreso, y no cerrado a espaldas del pueblo y contra sus intereses".
Por último,
Chodos recordó que hubo "irregularidades internas" cuando durante la
gestión de Mauricio Macri se firmó el acuerdo con el FMI "a espaldas del
Congreso y de la sociedad". "Esta conducta también refresca y puede vincularse
al dictamen de la Auditoria General de la Nación (AGN) que marca las
irregularidades internas del acuerdo que el gobierno firmó en 2018 a espaldas
del Congreso y la sociedad", concluyó.
Fuentes
oficiales aseguraron a este diario que les llama la atención que los ex
funcionarios macristas se hayan puesto en contacto con el Fondo para pedirle a
ejecutivos del organismo multilateral que colaboren para que Argentina entre en
default con el propio organismo. “Es realmente absurdo”, subrayaron.
A su vez,
remarcaron que el acuerdo que intentan boicotear no es el que Macri firmó en
2018 sino la solución del programa de 2018. De hecho, el propio FMI cuestionó
en duros términos el acuerdo de Macri en la Evaluación Ex Post del programa
(EPE, por su sigla en inglés) que hizo el organismo a fines de 2021. Allí
reconocieron que fue un programa destinado a financiar la fuga. “El programa no
cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las
políticas económicas. El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de
capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de
cambio”, aseguró entonces el FMI.
Lacunza
desmintió la versión de un supuesto lobby para propiciar el default con el FMI
a través de un tweet: “Siempre es útil la teoría conspirativa para explicar
falencias propias. Así, riesgo cambiario depende rumores del mercado;
desembolso FMI de lo que presuntamente diga la oposición. No atrasen tipo de
cambio y rumor será inverosímil, cumplan con programa y desembolso
garantizado”. Sandleris se limitó a retwittear el mensaje de Lacunza.
Por lo general,
estar versiones son difíciles de probar. De hecho, hasta el día de hoy se
discute si efectivamente un joven Domingo Cavallo le pidió al FMI entre fines
de 1988 y principios de 1989 que no le giraran más fondos a la Argentina, tal
como denunció entonces el gobierno de Raúl Alfonsín. En aquel entonces los
fondos no llegaron y el gobierno se vio forzado a devaluar lo que terminó
acelerando una crisis hiperinflacionaria que derivó en la entrega anticipada
del mandato.
Antecedentes
Más allá de los
rumores y de los propios errores de gestión que cometió el gobierno, desde la
oposición se ha venido agitando en los últimos meses un discurso incendiario.
El 6 de febrero la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio difundió un comunicado
en el que se expresó “en contra de la utilización de instrumentos financieros
en pesos, ajustados en dólares con tasas de interés imposibles de pagar, o en
dólares a tasas usurarias” porque “con esto, el gobierno nacional no hace más
que especular con dejar una bomba de tiempo al próximo gobierno”. El gobierno y
distintos analistas de mercado interpretaron el mensaje como un intento
destinado a entorpecer la estrategia de financiamiento oficial y así acelerar
la crisis.
El analista
financiero Christian Buteler, crítico del oficialismo, aseguró en ese momento
que “claramente ese tipo de declaraciones pueden llegar a afectar a los bonos y
Letras del Tesoro con el correspondiente problema que eso trae para el
financiamiento que necesita el Gobierno”, sostuvo e interpretó que, con este
comunicado, JxC busca “provocar” algún tipo de crisis en la deuda argentina, lo
que podría acelerar los problemas que enfrenta la economía. “Las dudas en el
mercado son acerca de lo que puede llegar a pasar. Y esto viene a incrementar
esas dudas y a desestabilizar. Creo que es algo bastante irresponsable y
riesgoso”, advirtió entonces.
El domingo 5 de
marzo los bloques legislativos de Juntos por el Cambio emitieron un duro
comunicado en el que cuestionaron el canje de deuda que impulsa el ministro de
Economía, Sergio Massa. “Supondrá un enorme riesgo para los argentinos porque
podría desembocar en un salto inflacionario aún mayor”, advirtieron los
diputados y senadores opositores. "Díganlo sin vergüenza! Quieren que
explote Argentina", les respondió ese día Sebastián Galmarini, director
del Banco Provincia, hermano de la titular de AySA, Malena Galmarini, y cuñado
de Sergio Massa.
(Pagina 12)