LA ACELERACIÓN DE PRECIOS Y EL IMPACTO EN EL BOLSILLO DE LOS TRABAJADORES | Inflación y retraso salarial en el primer mes de Milei
La canasta de los trabajadores, medida por la UMET, refleja un impacto inflacionario del 24,3 por ciento en diciembre, tras la devaluación del peso y la desregulación de precios.
Las promesas de desregulación sumadas a la devaluación cambiaria indujeron
una dinámica inflacionaria delicada, que alcanzaría un 30 por ciento mensual en
diciembre, datos que divulgará el Indec este jueves. En este escenario, un
nuevo salto cambiario podría poner a la economía al borde de la hiperinflación.
Medicamentos, alimentos, alquileres, combustibles, prepagas, transporte público
y telecomunicaciones son los que más subieron.
En diciembre la nominalidad de la economía cambió abruptamente y de allí
los malos pronósticos que anticipa inclusive el gobierno. Los aumentos de
precios se dieron en dos tandas: a comienzos de mes previo a la asunción del
Presidente Milei y ante una inminente finalización de los acuerdos de precios y
rumores de devaluación, y en la segunda mitad del mes luego de la
megadevaluación cambiaria en un 118 por ciento.
Los primeros aumentos se dieron en alimentos, artículos de consumo masivo,
naftas y medicamentos. En enero otro variopinto grupo de bienes y servicios se
sumó a la lista, se trata de la medicina prepaga, las compañías de telefonía
móvil, internet y cable, el transporte público, los taxis, la VTV, los peajes,
los estacionamientos y los cigarrillos.
La inflación de las y los trabajadores fue 24,3 por ciento en diciembre,
según el relevamiento de la Universidad Metropolitana para la Educación y el
Trabajo (UMET). En noviembre había sido 12,1 por ciento, y apuntaron que “la
aceleración inflacionaria obedeció al salto cambiario del 12 de diciembre, más
la desregulación de precios: todos los capítulos de la canasta registraron
alzas mayores al 15 por ciento”.
En su informe destacaron las subas en transporte, con un 31,7 por ciento
debido al drástico aumento en naftas, en salud, del 25,8 por ciento por la
desregulación en los planes de las prepagas y subas en medicamentos, en el
rubro de comunicaciones, del 25 por ciento por la desregulación del sector y
alzas en los equipos, y en alimentos y bebidas, con 24,6 por ciento por el
salto cambiario y el abandono del programa Precios Justos.
“En la política del gobierno de Milei el único precio que no estaba
reprimido parece ser el salario de los trabajadores”, recalcó Nicolás Trotta
desde la UMET. El salario real en el sector privado registrado se encuentra en
sus más bajos niveles en 18 años, y si no hay recomposición salarial habrá
fuertes consecuencias de largo plazo, anticiparon.
“Tras la caída del salario real en 2002, a la sociedad le llevó casi una
década (hasta 2011) regresar al nivel de las remuneraciones promedio vigentes
en 2001”, de modo que el perjuicio social será muy severo. El “2023 terminó con
una inflación del 207,7 por ciento, la más alta desde la hiperinflación de
1990, y en el top 10 de las más altas de la historia argentina”, advirtieron.
En enero los planes de medicina prepaga aumentaron 40 por ciento en base a
un acuerdo alcanzado entre las principales compañías del sector, además evalúan
otro incremento del 30 por ciento en febrero. Y realizaron cálculos y están
dispuestos a perder al 30 por ciento de sus afiliados en esta reestructuración,
recién a partir de allí se ajustarían a una dinámica de precios promedio en el
resto de la economía.
A su vez, los aumentos en telefonía móvil, internet y televisión por cable
oscilaron entre un 14 y 20 por ciento en enero y algunas compañías ya enviaron
avisos a sus clientes de una suba adicional del 30 por ciento en febrero. Este
sector había sido declarado servicio esencial durante el gobierno de Alberto
Fernández de modo que sus aumentos debían ser regulados por el Ente Nacional de
Comunicaciones (Enacom) que estipulaba un 4,5 por ciento mensual. Pero un
amparo judicial detuvo los alcances del DNU de Fernández y las gigantes telcos
aplicaron incrementos mucho mayores, del 10 por ciento por ejemplo en
diciembre.
Por su parte, los medicamentos tuvieron “aumentos desproporcionados entre
noviembre y diciembre, en un 90 por ciento promedio y con picos que llegan al
140 por ciento", señaló un reciente informe del Centro de Profesionales
Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar). Esa suba se originó al finalizar el acuedo
de precios entre el Gobierno y los laboratorios el pasado 31 de octubre, y
continúa durante enero.
"En ningún país del mundo se aumentaron los medicamentos como ahora en
Argentina", advirtió el presidente de Ceprofar, Rubén Sajem. "Con
este nivel de incrementos resulta preocupante la posibilidad la cobertura a
través de las obras sociales, que tienen sus ingresos atados a los salarios de
sus afiliados", afirmó Sajem. "También preocupa la posibilidad de que
se vea afectada la entrega gratuita de medicamentos a través del PAMI, que hoy
beneficia a nueve de cada diez jubilados", agregó.
El transporte público en colectivos y trenes aumentó 45 por ciento en enero
y se indexará con la inflación promedio a partir de febrero. El subte en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) subió 37,5 por ciento. Los taxis
ajustaron 20 por ciento en enero y aplicarán otro aumento del 30 por ciento en
marzo. Y lo propio ocurrirá también con quienes tienen su medio de transporte.
Las naftas tuvieron un derrotero imparable: aumentaron 27 por ciento la
primera semana de enero, pero en diciembre habían tenido dos aumentos –un 37
por ciento a mitad de mes luego de la devaluación y en promedio casi 25 por
ciento en los primeros días-, los cuales se sumaron a otros dos en noviembre
apenas cayeron los acuerdos de precios con el Gobierno. Y se esperan nuevas
subas en febrero. También trepó el precio del gasoil y del GNC correlativamente.
Además de los peajes (50 por ciento en CABA), estacionamientos (118 por ciento)
y la VTV (104 por ciento).
También el sector tabacalero anunció un aumento del 300 por ciento en los precios a partir de este mes.
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