La medida afecta también a programas sociales y a más de un millón de jubilados cuyos ingresos ajustan con ese valor. Sueldos de más de 2,3 millones de pesos volverán a pagar Ganancias.
Javier Milei no pudo cumplir con su palabra de no fijar el salario mínimo
por decreto, pero sí cumplió con su objetivo de licuar todo gasto del Estado y
los salarios privados frente a una ola inflacionaria que desacelera pero no se
detiene. El salario mínimo vital y móvil (SMVM) correspondiente al primer
trimestre, quedó establecido en 156 mil pesos para enero (sin modificación con
respecto a diciembre), 180 mil para febrero y 202.800 pesos para marzo,
redondeando un 30 por ciento de aumento en el primer cuarto del año. Representa
una pérdida de poder adquisitivo de no menos del 25 por ciento entre el salario
mínimo de marzo y el correspondiente a diciembre pasado.
El mismo retraso impactará en el millón de personas que cobran el programa
Potenciar Trabajo (equivalente al 50 por ciento del SMVM) y en 1,3 millones de
jubilados con más de 30 años de aportes pero ingresos mínimos (que tienen un
piso de haberes del 82% del SMVM). Los beneficiarios de las becas Progresar
también sufrirán una mayor pérdida del poder adquisitivo ante el bajo monto del
piso salarial.
También afectará a los asalariados en relación de dependencia con
remuneraciones superiores a 2,34 millones de pesos a partir de enero,
alcanzados por el impuesto cedular (ex impuesto a las ganancias de la cuarta
categoría), ya que "el piso"
de 15 SMVM no se actualizará durante todo el primer semestre. Para este período,
sólo se toma en cuenta el salario mínimo vigente al mes de enero en el cálculo
del piso del impuesto. Es decir, que si un trabajador tiene una remuneración
mayor a 2,34 millones de pesos en abril, mayo o junio, paga impuesto sobre el
monto que supere a esa cifra.
“Eso de estar fijando precios mínimos no nos gusta. Esa es una cuestión que
tiene que ser abordada por los trabajadores con sus empleadores. No creo en que
un político pueda determinarlo por decreto”, había señalado Javier Milei en una
entrevista radial el último viernes. “¿Yo voy a emitir un decreto fijando un
precio?", se preguntó en aquel momento, rechazando enfáticamente la acción
que, efectivamente, tuvo que ejecutar cuatro días después.
Un día antes de dichas manifestaciones, el jueves 15, el gobierno (a través
de la Secretaría de Trabajo) había convocado al consejo del salario para
definir el nuevo SMVM, en un encuentro que se concretó de modo virtual (vía
zoom). La representación sindical había presentado dos alternativas de
actualización del piso salarial: ajuste mensual en función del IPC (inflación
minorista) o un aumento directo del 85 por ciento con vigencia a febrero. La
representación patronal (esta vez se excluyó de la convocatoria a las
organizaciones pymes) no formuló propuesta: simplemente, rechazaron las
iniciativas sindicales.
Sin siquiera promover el debate, ni ofrecer una mediación, el representante
oficial dio por finalizado el encuentro "sin acuerdo". En la
tarde-noche del lunes, el poder ejecutivo resolvió el incremento
"mínimo" del salario mínimo, que dejó trascender esa misma noche y
oficializó, este martes en conferencia de prensa, el vocero presidencial.
La resolución no sólo se ubicó muy alejada del reclamo sindical (para
febrero, 180 mil pesos de salario mínimo contra una propuesta de la CGT de 288
mil), sino que además dejó la sensación en la representación sindical de
frustración y engaño. "Se nos pidió que presentáramos una propuesta, ni
siquiera se trató ni se promovió la interacción con el sector empresario; luego
se toma esta decisión sin que se intentaran nuevos contactos. La conflictividad
va creciendo y esto agrega un punto más a la confrontación entre trabajadores y
gobierno", advirtió una fuente sindical.
Este martes hubo diversos encuentros en los que participaron dirigentes
sindicales de distintas vertientes y el tema de la falta de negociación sobre
el salario mínimo fue uno de los puntos mencionados en cada uno de ellos.
Aunque el salario mínimo no es un factor determinante para las paritarias más
importantes, con niveles salariales de piso ya muy por encima de ese valor,
está claro sin embargo que impacta sobre las remuneraciones de los trabajadores
de actividades no convencionadas e, incluso, de manera indirecta sobre los
salarios informales.
Además, debe computarse el impacto sobre los beneficiarios de programas
sociales y en una franja no menos importante de jubilados, que con un SMVM más
actualizado, estarían cobrando un haber muy superior a la jubilación mínima. El
82 por ciento de un SMVM de 288 mil pesos, como el pedido por la CGT, daría una
jubilación de 236 mil pesos para quienes se hayan retirado con más de 30 años
de aportes. Hay más de 1,3 millones de jubilados en esa condición. Con la
actualización de marzo, la jubilación mínima estará en alrededor de 137 mil
pesos. Casi 100 mil pesos debajo del valor mencionado.
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