NUNCA MAS | Una multitud para decir nunca más a la dictadura y a la miseria planificada del gobierno libertario
Cuatrocientas mil personas salieron a las calles contra el negacionismo de Javier Milei y Victoria Villarruel. "Queremos un pueblo feliz y para eso tiene que haber pan, paz, trabajo y libertad", pidieron los organismos de derechos humanos.
Daniel siempre pensó que había nacido el 24 de marzo de 1977. En julio del
año pasado, supo que toda esa historia era mentira, incluso el día de su
cumpleaños. El de ayer fue su primer 24 de marzo en las calles. A la Plaza de
Mayo llegó abrazado a su hermano Miguel “Tano” Santucho. Él llevaba una
pancarta con la cara de su mamá, Cristina Navajas. Su papá, Julio Santucho, les
cuidaba las espaldas. Los tres caminando juntos mostraban la potencia de un
movimiento de derechos humanos, que –a 48 años de la dictadura– sigue buscando
verdad y justicia y, al mismo tiempo, convoca a miles de personas a decir que
nunca más la desaparición, la tortura y el robo de los hijos pueden sembrar la
tierra de la Argentina, aunque estén en el gobierno quienes buscan justificar los
crímenes más atroces.
Mientras los Santucho se acercan al escenario que se montó de espaldas a la
Casa Rosada, una multitud aplaude el paso de los militantes de los organismos
de derechos humanos. La jornada de este domingo, con un sol abrasador, no solo
busca decir que no hay ni olvido ni perdón a los criminales del terrorismo de
Estado, sino también dar un mensaje en contra de la “miseria planificada” –con
la que el periodista Rodolfo Walsh describió el verdadero plan de la dictadura
y que se resignifica ante el programa del gobierno de Javier Milei y Victoria
Villarruel.
Son 400.000 personas –según los cálculos de los organismos– que recorren la
Avenida de Mayo y las calles aledañas. Las Madres, las Abuelas, los HIJOS, los
familiares se acomodan en el escenario. Nora Cortiñas sube en una silla de
ruedas y recibe como regalo un feliz cumpleaños de la multitud. Dos días antes,
cumplió 94 años. Ella agradece. Levanta el puño izquierdo y saluda. A su lado
está el premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Del otro lado, se ubican
Estela de Carlotto y Taty Almeida. En el escenario hay dirigentes sindicales:
Hugo Yasky (CTA de los Argentinos), Hugo “Cachorro” Godoy (CTA Autónoma),
Roberto Baradel (Suteba). También agradecen la presencia de Héctor Daer y Pablo
Moyano, de la CGT, que, por primera vez, participa orgánicamente de la
convocatoria.
El documento, consensuado por los organismos, recuerda que otro 24 de
marzo, hace ya 20 años, Néstor Kirchner bajó el cuadro del dictador Jorge
Rafael Videla y pidió perdón en la ESMA por la vergüenza de haber callado en
democracia. Se destaca el valor del Nunca Más, que en septiembre cumplirá 40
años, y del Juicio a las Juntas.
–¿Dónde están los cuerpos de nuestros desaparecidos? ¿Dónde está Julio
López? –pregunta Estela de Carlotto cuando toma el micrófono.
Ya pasaron algunas horas desde que la Casa Rosada difundió un video sobre
la “memoria completa”, y el reclamo del organismos toma otro ímpetu. “Frente a
este gobierno que pretende restablecer la teoría de los dos demonios y
reivindica el terrorismo de Estado–dice la presidenta de Abuelas de Plaza de
Mayo–, seguimos reclamando una ley contra el negacionismo, que sancione a
funcionarios y funcionarias y representantes elegidos que desestimen los
crímenes y a sus víctimas”.
Pérez Esquivel habla del proyecto de país del gobierno de La Libertad
Avanza. “La patria no se vende, se defiende”, dice el fundador del Servicio de
Paz y Justicia (Serpaj). Y desde la Plaza empiezan los cánticos frente a la
decisión de echar por tierra todas las empresas públicas. Hay aplausos para los
trabajadores de la agencia estatal Télam y para los de la TV Pública, todos
ellos con la espada de Damocles del cierre que anuncia Milei.
Hay silbidos cuando se nombra a Mauricio Macri o Patricia Bullrich. Le
cantan a Milei. “El que no salta votó a Milei”, gritan y empiezan los saltos.
Villarruel, abanderada de la familia militar, recibe un abucheo cuando es
mencionada. Desde las redes, ella
provoca y ataca a Estela de Carlotto, símbolo en el mundo de los derechos
humanos.
“Vamos a seguir cuidando la democracia en la Argentina y en toda la Patria
Grande, siempre, porque cuando lo hacemos estamos homenajeando la memoria de
quienes lucharon por una Patria libre, justa y solidaria; porque cuando lo
hacemos reclamamos que se terminen las prácticas y discursos de odio y
negacionismo, porque queremos un pueblo feliz y para eso tiene que haber pan,
paz, trabajo y libertad”, promete Taty Almeida.
Dedos en “v”. Puños izquierdos en alto. El grito que emana desde la
garganta de la referente de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora: ¡30.000
detenidos desaparecidos! ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!
La primera marcha terminó pasadas las 3.30 de la tarde. Después llegó la
del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. La marea de gente no se detuvo.
“Impresionante”, repite la diputada Myriam Bregman, del FIT-U, ante la
convocatoria. “Fue una marcha enorme y mostró la disposición para enfrentar a
Milei”, se entusiasma.
Osvaldo Barros, sobreviviente de la ESMA y referente de la Asociación de Ex
Detenidos Desaparecidos (AEDD), estuvo en las dos convocatorias. "Fue muy
intenso. Hubo mucha gente joven y mucha gente suelta. Lo vivimos con alegría al
ver tanta gente", reconoce.
La previa
Las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora tienen su sede en un edificio
de Piedras al 100. La puerta está abierta desde las once de la mañana. Entran y
salen militantes. Eduardo Tavani, dirigente de la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos, se mueve de un lado para el otro. Iris Pereyra de Avellaneda,
presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH), lleva una
remera con la cara de su hijo, el “Negrito” Avellaneda, un pibe de quince años
asesinado en Campo de Mayo y tirado en un vuelo de la muerte. “Nunca fue
fácil”, dice Iris. “Nuestra prioridad es que nunca más tengamos un gobierno
negacionista y fascista”.
A las 10.55, el gobierno publicó en la cuenta X de la Casa Rosada un video
con el que pretende justificar los crímenes de la dictadura.
–¿Lo viste? ¿Qué dice?-- preguntan en el departamento de las Madres.
Eduardo Jozami está junto a su compañera Lila Pastoriza. “El gobierno está
redoblando su ofensiva negacionista. Nos resulta bien difícil no evocar las
peores situaciones vividas en la Argentina”, dice el exdirector nacional de
Derechos Humanos del Ministerio de Defensa.
En la puerta del edificio están Cecilia De Vincenti y Mabel Careaga. Son
las hijas de Azucena Villaflor y Esther Careaga, Madres de Plaza de Mayo
secuestradas en diciembre de 1977. “Es un 24 de marzo especial porque tenemos
que enfrentar a un gobierno que reivindica los crímenes de la dictadura. Espero
que este día sea un punto de inflexión en la organización popular contra el
hambre que esta administración también está generando”, se esperanza Careaga.
Cecilia De Vincenti está emocionada. “Es importante poder demostrarle a
este gobierno que no puede seguir hablando de guerra. Los genocidas fueron
juzgados y deben seguir en la cárcel”, dice.
Minutos antes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió
un comunicado recordándole al Estado argentino que no puede indultar ni dar
beneficios carcelarios a los criminales de la última dictadura.
En la zona del escenario están Graciela Lois y Adriana Taboada, entre
otros, con los preparativos. Graciela milita desde diciembre de 1976 en
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Se unió después
de que secuestraran a su marido. “Ningún 24 de marzo es un día de festejo, como
dijo Villarruel. Para nosotros, ese día empezó la noche más terrible que hubo
en este país: un genocidio, 30.000 desaparecidos. Ellos impugnan el número de
desaparecidos. Que ellos y sus amigos nos digan dónde están”, reclama.
Taboada dice que no sabe cuántos hechos trágicos cómo el genocidio que
atravesó la sociedad Argentina provocan lo que provoca el 24 de marzo. “En este
momento nosotros tenemos un gran desafío que es volver a pensar de qué manera
comunicar toda esta historia a los más jóvenes. Pero no hay ninguna duda de que
esta contundencia de la gente en las calles para esta fecha es un logro de este
faro que es el Nunca Más. Esto es un grito por el Nunca Más, que después de
casi cinco décadas se sigue escuchando con toda esta fuerza”, afirma.
La abogada Guadalupe Godoy camina por Avenida de Mayo. “El gobierno habla
de un pacto para el 25 de mayo. Es obvio que el 24 de marzo es la fecha en la
que el pueblo sale a defender la democracia”, comenta mientras trata de abrirse
paso hacia la sede de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo –donde se vivirá
el segundo 24 de marzo sin Hebe de Bonafini.
El gobernador Axel Kicillof fue hasta la Casa de las Madres, donde se
encontró con Carmen, Visitación, Pina y Azucena. "Es la primera vez que
algunos sectores que tienen las máximas responsabilidades cuestionan este tipo
de cosas. No es una cuestión de contraste o trinchera ni de chicanas. Todos los
que están acá están defendiendo la democracia, la verdad y la justicia y eso no
debería tener bandera política. Y creo que la novedad es que quieren negar lo
que ocurrió en la Argentina y eso es algo que nuestro pueblo no está dispuesto
a permitir", dice.
Caminar
Carlos Pisoni camina por Avenida de Mayo con la columna de H.I.J.O.S
Capital. “Es un 24 de marzo distinto –dice–. Tenemos un gobierno de
ultraderecha en el poder con el mismo plan económico por el que desaparecieron
a nuestros viejos. Lo que logra con este programa es que hoy hayamos marchado
con la CGT”.
En un lateral, están Analía Kalinec y Bibiana Reibaldi. Las dos son hijas
de genocidas e integran Historias Desobedientes. “Ellos saben –dice Reibaldi en
relación a los represores–. Y los hijos obedientes son cómplices de ese
silencio”. Es una alusión a Villarruel, cuyo padre se jactaba de haber
combatido a la subversión tanto en el ámbito urbano como rural.
Guillermo Pérez Roisinblit –uno de los nietos encontrados por las Abuelas–
está contento con la movilización de este domingo para la que trabajó durante
las semanas previas. “La gente salió a bancar y a decir que hay cuestiones con
las que no se puede jugar. El pueblo es el que está en la calle, no en Twitter.
Casi medio millón de gente marchó, no eran trolls”. Para Paula Litvachky, del
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), hay una palabra que define la
movilización de este año: "potente".
Victoria Montenegro coincide. “La marcha es la mejor respuesta a un
gobierno que quiere negar nuestra historia –dice la diputada, que fue
secuestrada con sus padres, apropiada por un militar del Ejército y restituyó
su identidad por la búsqueda de Abuelas–. Por más que intenten reinstalar la
teoría de los dos demonios, la memoria sigue viva en las calles”.
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