El PRO emitió un comunicado sobre el diferendo con Chile en el que llama al diálogo a las cancillerías de los dos países en pie de igualdad. De esta manera, busca eludir una toma de posición sobre el avance unilateral de Chile sobre la Argentina, como otra forma de oponerse al gobierno de Alberto Fernández. El canciller Felipe Solá salió a cuestionarlos e indicó que pusieron "en un plano de igualdad el reconocimiento de la ONU de los derechos argentinos sobre el mar austral con una decisión unilateral expresada en un decreto presidencial de Chile", firmado por el presidente de ese país --y amigo de Mauricio Macri-- Sebastián Piñera por las plataformas continentales. La posición del PRO sobre este tema se suma a una serie de exabruptos sobre la soberanía de Malvinas que en los últimos meses tuvieron la candidata Sabrina Ajmechet y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich. Pero además, este documento borra lo realizado en su momento por el gobierno de Macri y su entonces canciller Susana Malcorra, cuando la ONU respaldó la postura argentina que ahora el PRO desconoce.
De hecho,
Bullrich es una de las dos personas que firma el comunicado, junto al
secretario de Relaciones Internacionales Fulvio Pompeo. Ambos se encuentran
imputados por el presunto contrabando de municiones a Bolivia durante el golpe
de Estado contra Evo Morales.
El texto del
comunicado sorprende porque intenta hacer un llamado al diálogo, pero sobre la
base de que Chile tiene motivos para reclamar en pie de igualdad con un decreto
a la posición argentina, que tiene avales de organismos de la ONU. Dice el texto:
"Habiéndose verificado diferencias en el trazado de las respectivas
plataformas continentales de Argentina y Chile, proponemos que ambas
Cancillerías, en los ámbitos existentes de cooperación e integración bilateral
y regional, se reúnan e inicien un diálogo que permita zanjar las diferencias
hoy existentes, comunicando en forma conjunta lo que resulte acordado a la COLC
establecida en el marco de CONMEVAR así como a otras autoridades pertinentes de
la ONU, mostrando la capacidad de entendimiento entre las dos naciones". E
insiste: "En los últimos 30 años, Argentina y Chile han logrado resolver
pacíficamente más de 25 diferendos fronterizos a lo largo de 5.000 kilómetros,
que habían producido graves tensiones durante más de un siglo. Con ese mismo
espíritu, no podemos retrotaernos a los tiempos de la desconfianza
recíproca".
Curiosamente el
comunicado omite el trabajo de tres gobiernos argentinos, empezando por el de
Cristina Fernández de Kirchner en 2009 cuando se hicieron las presentaciones
sobre las áreas que disputa Piñera, pero siguiendo con el propio gobierno de
Macri. De hecho, el aval a la posición argentina sobre esos territorios por
parte de la Comisión del Límite Exterior --un organismo creado por la
Convención de la ONU sobre el Derecho al Mar-- llegó durante el gobierno de
Macri, en 2017. En ese momento, la canciller Susana Malcorra festejó la
resolución y pidió incorporarla con una ley a la normativa nacional, cosa que
se hizo en 2020 durante el gobierno actual, de Alberto Fernández. Una verdadera
"política de Estado" que atravesó tres administraciones distintas.
Todo esto no fue
tenido en cuenta por el PRO, que buscó alguna forma de oponerse, mientras
Piñera dijo que cuenta con el apoyo de la oposición chilena: "El tema fue
conversado con los expresidentes Ricardo Lagos, Eduardo Frei y Michelle
Bachelet", afirmó.
Más tarde, Juntos
por el Cambio emitió un segundo comunicado, en el que dicen: "En lo que
refiere a la distinta interpretación del Gobierno de Chile sobre el trazado del
borde exterior de la Plataforma Continental entre ambos países, Juntos por el
Cambio entiende que debe existir una abierta predisposición a resolver las
diferencias en los ámbitos correspondientes de ambos Gobiernos y de sus equipos
técnicos competentes, a saber la “Comisión Nacional del Límite Exterior de la
Plataforma Continental” y la “Unidad Plataforma Continental de la Cancillería
de la República de Chile”, a fin de identificar los caminos más adecuados para
llegar a un entendimiento por la vía del consenso y la cooperación, priorizando
un mecanismo de consulta previa antes de de toda manifestación
unilateral".
Sin palabras
En respuesta, el
canciller Solá advirtió que "el PRO ha puesto en un plano de igualdad el
reconocimiento de la ONU de los derechos argentinos sobre el mar austral con
una decisión unilateral expresada en un decreto presidencial de Chile. Reniegan
de nuestros derechos dejando de lado los intereses de la Patria. Sin
palabras".
El Gobierno
argentino denunció que Sebastián Piñera intenta apropiarse de una parte de la
plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y
oceánicos. La Cancillería había señalado a través de un comunicado que "se
tomó conocimiento de una medida del Gobierno de Chile, relativa a espacios
marítimos", la cual "pretende proyectar la plataforma continental al
Este del meridiano 67º 16´ 0, lo cual claramente no condice con el Tratado de
Paz y Amistad celebrado entre ambos países en 1984".
Piñera busca
azuzar el conflicto y despertar una veta nacionalista siempre latente en Chile,
tras años de conflictos sociales y tras ser derrotado en el referendum para
cambiar la constitución que dejó Pinochet: "Lo que Chile está haciendo es
ejercer su derecho y declarar su plataforma continental”, afirmó, pese a que el
decreto llegó de forma intempestiva para reclamar la plataforma continental
marítima al sur de Tierra del Fuego y el sector de Hielos Continentales a la
altura del Monte Fitz Roy, que aún está pendiente de demarcación limítrofe (y
cuya negociación iba a seguir en octubre entre ambos gobiernos).
Si el conflicto
limítrofe puede unificar a distintos sectores políticos de Chile, está claro
que eso en la Argentina no ocurrirá y el comunicado del PRO lo pone sobre en
evidencia. Se suma, no obstante, a meses de exabruptos de sus dirigentes en
cuestiones de soberanía.
Soberanos
El primero tuvo
como protagonista a una de las firmantes del comunicado: Patricia Bullrich.
Cuando estaba en una de sus defensas cerradas de la farmacéutica estadounidense
Pfizer, dijo: "No pidió los hielos continentales, ni las Islas Malvinas...
bueno, las Islas Malvinas se las podríamos haber dado”. Luego de las críticas
que recibió, la presidenta del PRO salió a aclarar que acompaña el reclamo por
la soberanía de las Islas Malvinas.
Más dificil se le
hizo esto a la candidata Sabrina Ajmechet, que en diversos tweets viejos
cuestionó el reclamo argentino: “La creencia en que las Malvinas son argentinas
es irracional, es sentimental”, escribió en 2012, justo un 2 de abril. “Las
Malvinas no existen. Las Falkland Islands son de los kelpers”, insistió.
También dijo que le gustaría vivir en un país que tuviera soberanía sobre las
islas y que por eso pensaba en mudarse a Londrés "permantly". Esto le
valió el repudio de los veteranos de Malvinas y fue conminada a retractarse en
plena campaña. “Pido disculpas porque hay gente que respeto que se ofendió de
buena fe”, escribió, sin cambiar su posición. Y María Eugenia Vidal aseguró que
nadie en su lista pone en dudas la soberanía de las Islas Malvinas.
Con el diferendo
con Chile, no obstante, no es un exabrupto sino una posición del partido
--firmada por su presidenta y por un hombre muy cercano a Macri, que -hay que
recordar-- es amigo de Piñera desde antes que fueran presidentes. Los dos
multimillonarios han compartido innumerables encuentros, políticos y sociales.
En su primera presidencia, Piñera lo recibió a Macri como jefe de Gobierno:
Macri bajó de su avión privado, se subieron al helicóptero privado de Piñera y
viajaron a su isla, también privada. En vísperas del ballotage para su segunda
presidencia, Macri hizo campaña por su amigo (irrumpiendo en las elecciones de
otro país). Al final del mandato, el
gobierno de Macri no se perdió la oportunidad para justificar la represión en
Chile. "Piñera está en guerra", dijo en ese momento la ministra de
Seguridad. ¿Quién era? Patricia Bullrich, la misma que firma el comunicado del
PRO.
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