CRIMEN DE MIRAMAR | La mamá de Luciano responsabilizó a otros cinco policías y declaró como testigo ante la fiscal

Lo confirmó Judit Aristegui en una conferencia de prensa. El peritaje balístico realizado sobre el arma del policía Maximiliano González (25), acusado por el crimen, determinó que funcionaba correctamente y que la vaina servida secuestrada en el lugar del hecho se corresponde con la pistola del efectivo detenido.


La madre de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado de un disparo efectuado por un policía en Miramar, dijo este martes que hay otros cinco efectivos responsables de lo ocurrido porque fueron quienes iniciaron la persecución de su hijo, al ingresar y que quiere “ver presos a todos los que se rieron” de su muerte.

La Policía se me reía. Y a las 8 de la mañana levantaron al nene y supe quien le había disparado recién cuando llegó la fiscal" (Ana María Caro) a esa hora, aseguró Judit Aristegui, madre de Luciano (16), en una conferencia de prensa realizada en su casa de Miramar junto al abogado Gregorio Dalbon.

En ese sentido, la mujer agregó: “Quiero ver presos a todos los que se rieron de la muerte de mi hijo”.

En tanto, el abogado Dalbón, que comenzó a representar a la familia del adolescente asesinado y viajó el martes por la tarde hacia Miramar, afirmó: “No fue gatillo fácil sino fusilamiento, un asesinato a sangre fría”.
En la conferencia de prensa también estuvieron Cintia López y Mario “Peka” González, los padres de Lucas, asesinado el 17 de noviembre último en el barrio porteño de Barracas por policías de la Ciudad.

“La muerte de Luciano me rompió el corazón de nuevo. Lo único que quiero es Justicia. Sé de su dolor. Sé que estamos muertas en vida. Yo me fui con mi hijo. No tengo más ganas de vivir ni de nada”, aseguró la mujer.

Por otro lado, un peritaje balístico realizado la mañana del martes en el Instituto de Ciencias Forenses de Mar del Plata, dependiente del Ministerio Público, sobre el arma perteneciente al policía Maximiliano González (25), detenido por el crimen, determinó que funcionaba correctamente, al tiempo que la vaina servida secuestrada en la escena del crimen se corresponde con la pistola Bersa 9 milímetros utilizada por él.
Paralelamente, uno de los de los abogados de González, renunció a ejercer la defensa del imputado por "motivos personales".

Por su parte, Judit Aristegui declaró el martes por la mañana como testigo ante la fiscal de la causa, Caro, en los tribunales de Miramar; adonde también compareció Marcos y Cintia Aristegui, el padrastro y la tía de la víctima, respectivamente.

Fuentes judiciales informaron a Télam que en su testimonial, la madre ratificó que cuando ella llegó al lugar del hecho la primera versión de lo ocurrido que le brindó la Policía fue la de un "accidente" y que luego de un tiempo prolongado vio que su hijo tenía un disparo.

A su turno, Cintia Aristegui contó al retirarse de la fiscalía que ella declaró como testigo "con el fin de que se esclarezcan las cosas y se haga justicia".

"Ya se sabe que el arma no presentaba ninguna falla y en todo caso lo tendría que haber denunciado ante sus superiores”, sostuvo la tía de la víctima, quien agregó que a raíz de lo sucedido con su sobrino están "más unidos que nunca".

Por último, declaró el padrastro de Luciano, quien señaló:"Queremos que se haga justicia, no queremos que vaya preso él solo. Vamos por todos, no vamos por una sola persona”.
“Él iba para casa a devolverme la moto y le dije `llévatela, andá y después alcánzamela´, y pasó todo lo que pasó”, contó el hombre, quien también declaraba como testigo en la fiscalía.

“Nos decían que había sido un accidente, pero después cuando vimos que él tenía el orificio de una bala ahí empezamos a enloquecer, en el momento uno no sabe qué hacer”, recordó Judit Aristegui, mamá de Luciano.

Mientras que el jefe de asesores del Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, dijo que "es una responsabilidad del Estado provincial formar de modo correcto a los policías", no solo en el uso de armas sino en cuanto a perspectiva de derechos humanos, al referirse al asesinato de Luciano.

Sin embargo, el plomo que perforó la remera, el buzo, la campera que la víctima llevaba puestos, y que atravesó su cuerpo, no pudo ser localizado durante los rastrillajes llevados a cabo tras el hecho.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que ya se inició en el Cuerpo de Ayudantía Técnica a la Instrucción de la Fiscalía General el análisis de decenas de cámaras privadas relevadas en las cuadras que duró la persecución de Olivera por parte de uno de los patrulleros involucrados, y el Municipio de General Alvarado aportó además imágenes tomadas por dispositivos del sistema de monitoreo público.

La fiscalía intentaba además determinar el origen de una imagen que circuló desde el día del crimen por redes sociales, tomada supuestamente durante el momento en que Olivera fue baleado, que no fue sumada a la investigación por desconocerse su procedencia.

En caso de ser identificado, el autor de ese registro podría ser citado por la fiscalía a brindar declaración como testigo.

Los investigadores aguardaban además el informe definitivo de la autopsia al cuerpo de Olivera, que podría conocerse sobre el fin de la semana, y también el resultado de las pericias toxicológicas sobre la extracción de sangre realizada al imputado, que serán practicadas en una sede de la Asesoría Pericial del Poder Judicial bonaerense.

El crimen de Luciano


El asesinato de Olivera se produjo en la madrugada del último viernes, cuando un patrullero con cuatro efectivos a bordo quiso identificar presuntamente al adolescente que se trasladaba a bordo de una moto Yamaha YBR 125 roja.

En circunstancias que aún son materia de investigación, efectivos que iban en otro móvil se cruzaron en su camino en la avenida 9, entre las calles 32 y 34, y luego de descender de esa unidad, González le efectuó un disparo con su arma reglamentaria.


(Telam)