Diciembre
27
El viajero
Matsuo Basho nació destinado a ser samurai, pero renunció a las guerras y fue poeta. Poeta caminante.
Un mes después de su muerte, allá por el año 1694, y a los caminos de Japón extrañaban los pasos de sus sandalias de paja y las palabras que dejaba colgadas en los techos que le daban albergue. Como éstas:
Los días y los meses son viajeros de la eternidad.
Así pasan los años.
Viajan cada minuto de sus días quienes navegan
la mar o cabalgan
la tierra, hasta que sucumben bajo el peso del tiempo.
Muchos viejos mueren en el viaje.
Yo sólo he sucumbido a la tentación de las nubes, las
vagabundas del cielo.