PERTENECIENTE AL LABORATORIO TAKEDA | En noviembre estará disponible la vacuna contra el dengue

Protege contra los cuatro serotipos y pueden recibirla, con prescripción médica, a partir de los 4 años y hasta cualquier edad, hayan tenido o no la enfermedad previamente. Argentina enfrentó en 2023 el mayor brote en la historia de nuestro país.


En pocas semanas más (se calcula que para septiembre), la vacuna contra el dengue del laboratorio Takeda estará disponible en Argentina. La misma fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a fines de abril de este año y el laboratorio informó que está próxima a estar disponible para que puedan aplicársela aquellos a quienes sus médicos se la prescriban, presentando la receta correspondiente, en los principales centros de vacunación privados del país y seguidamente en farmacias.

La indicación aprobada de la nueva vacuna es para la prevención del dengue causado por cualquiera de los cuatro serotipos existentes del virus en personas a partir de los 4 años, con o sin antecedentes de dengue, sin la necesidad de la realización de análisis de sangre confirmatorio previo a su aplicación. El esquema completo incluye dos dosis que deben aplicarse separadas por un intervalo mínimo de tres meses.

La vacuna tendrá un costo similar a otras nuevas o recientes ya disponibles en el mercado en el sector privado y el precio actual ya está publicado en los diferentes vademécums farmacéuticos (valdría unos $37.514 por dosis). Se está trabajando con las distintas prepagas y obras sociales para que determinen la posibilidad de ofrecer descuentos a sus afiliados, que pueden ir desde el 40%, el 60% o más.

"Desde la comunidad médica, vemos con optimismo la posibilidad de que en breve ya esté disponible en nuestro país la vacuna contra el dengue. Cualquiera que quiera protegerse, puede conversarlo con su médico y -presentando la receta correspondiente- acceder a la vacunación en los vacunatorios privados y, en breve, en las propias farmacias", afirmó Eduardo López, médico infectólogo pediatra, jefe del departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

"Debemos tener en cuenta que el brote de dengue de 2023 provocó más de 130.000 casos, afectando todas las edades y a las grandes ciudades de Argentina. De hecho, el dengue se ha urbanizado: ya no solo afecta áreas del norte argentino, sino que el mosquito Aedes transmisor de la enfermedad está en las grandes urbes. Además, la vacuna es un aporte muy importante para la estrategia de prevenir la enfermedad y disminuir la intensidad de la misma. Recordemos que siempre son necesarias las dos dosis para una inmunidad adecuada", completó.

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir de la recomendación del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE), informó que el dengue acarrea una importante carga para la salud pública de los países donde es endémico y, debido al cambio climático y a la urbanización, se prevé que esta siga en aumento.

La vacuna está compuesta por virus vivos atenuados y se desarrolló a partir del serotipo 2 del dengue, que conforma la base genética para ofrecer protección contra los cuatro serotipos, activando múltiples brazos del sistema inmunológico que contribuyen a la protección contra la infección y la enfermedad del dengue.

El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, cuyo principal vector es la especie Aedes aegypti. Actualmente, constituye una importante amenaza para la salud pública mundial, con riesgo de infección en más de 125 países, incluidos muchos de América Latina. El dengue grave se ha convertido en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos en algunos países de la región.

"La vacuna constituye una herramienta estratégica para protegernos contra el dengue, pero es muy importante tener en cuenta que la protección, de acuerdo a lo observado en los estudios clínicos, se alcanza luego de la segunda dosis y, por supuesto, además de la vacunación no se deben dejar de utilizar las medidas tendientes a impedir la proliferación del mosquito vector. Estas incluyen el descacharreo, impedir la acumulación de agua estancada y también aquellas tendientes a evitar sus picaduras, como disponer de mosquiteros en los ámbitos laborales y en el hogar y el uso de repelentes y ropa que proteja el cuerpo", sostuvo Pablo Bonvehí, médico infectólogo, jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC.

Entre los principales síntomas que podrían permitir sospechar la presencia de una infección por dengue -y ameritan la consulta sin dilaciones con la guardia médica- están los cuadros febriles agudos e inespecíficos, dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones y a veces diarrea o vómitos. También, en ocasiones, pueden aparecer erupciones en la piel.





(Epoca)