Febrero
20
Día de la justicia social
A fines del siglo diecinueve, Juan Pío Acosta vivía en la frontera uruguaya con Brasil.
Su trabajo lo obligaba a ir y venir, de pueblo en pueblo, a través de aquellas soledades.
Viajaba en un carro de caballos, junto a ocho pasajeros de primera, segunda y tercera clase.
Juan Pío compraba siempre el pasaje de tercera, que era el más barato.
Nunca entendió por qué había precios diferentes. Todos viajaban igual, los que pagaban más y los que pagaban menos: apretados unos contra otros, mordiendo polvo, sacudidos por el incesante traqueteo. Nunca entendió por qué, hasta que un mal día de invierno el carro se atascó en el barro.
Y entonces el may oral mandó:
—¡Los de primera se quedan arriba!
—¡Los de segunda se bajan!
—Y los de tercera… ¡a empujar!