Dos meses y medio después de la asunción de Javier Milei, buena parte de los cargos de la administración pública siguen vacantes, lo que se traduce en una parálisis de la gestión. En algunos ministerios hay fondos sin ejecutar porque no hay firmas habilitadas. En paralelo, programas sensibles como el que garantizaba medicamentos gratuitos para pacientes con enfermedades graves fueron vaciados. La "Reforma del Estado" que está en marcha incluye despidos y fusiones de subsecretarías y direcciones. Macri se frota las manos y espera terminar de colonizar el Ejecutivo.
Organismos acéfalos, directores sin firma, empleados a la deriva y
programas destinados a los sectores populares, sin fondos. El cuadro que
describen trabajadores y trabajadoras de distintos ministerios y secretarías de
la administración pública nacional consultados por Página/12, a dos meses y
medio desde la asunción de Javier Milei, es el de un Estado en proceso de
desguace. Los brigadistas de Parques Nacionales combaten los incendios en la
Patagonia sin que haya sido conformado su directorio y con la mitad del
personal bajo amenaza de despido. En el ex Ministerio de Desarrollo Social,
degradado a secretaría, no hay quien atienda a los referentes de los comedores
populares o a los pacientes de enfermedades graves que necesitan medicación: en
medio del ajuste, el funcionario que estaba a cargo renunció hace diez días y
aún no tiene reemplazo. El financiamiento del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) para unos 1500 proyectos de investigación del Conicet todavía
espera por un funcionario que lo ponga en marcha; y en el ex Ministerio de las
Mujeres, Géneros y Diversidad, son sus propias trabajadoras las que reemplazan
en el diseño del organigrama interno a las autoridades, que fueron designadas
recién hace cinco días.
Esos casos son apenas una muestra de una situación generalizada, que se
extiende a la mayoría de los ministerios. Ya sea por la falta de cuadros
técnicos de la Libertad Avanza o por las idas y vueltas de su negociación
política con el PRO, Milei sigue sin completar buena parte de la famosa
“raviolera” de la gestión. Solo un tercio de los cargos en las subsecretarías y
direcciones nacionales y generales tienen funcionarios designados formalmente,
y muchos apellidos figuraron en el Boletín Oficial recién la semana pasada.
Mientras tanto, se avanzó con el recorte del gasto, lo que desfinanció
programas sensibles. Más que el ambicioso plan de "Reforma del
Estado" que anunció durante la campaña --y que sigue puliendo el ex
menemista Armando Daniel Guibert--, el Gobierno por ahora solo tiene para
ofrecer un deterioro de sus prestaciones, con áreas completas de gestión
paralizadas y sin timón.
El desguace
Lo que sucede con la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones
Especiales (DADSE) funciona como caso testigo. La DADSE, que se encarga de
otorgar medicamentos a pacientes con enfermedades crónicas, no tiene
presupuesto asignado desde el 10 de diciembre. El 5 de febrero se consumó
oficialmente su vaciamiento y su traslado desde Capital Humano a la órbita de Salud.
Sus oficinas, que no habían cerrado ni durante la peor etapa de la pandemia,
bajaron las persianas durante varios días. Cuando reabrieron, no tenían nada
que ofrecer: siguieron haciendo un seguimiento de los casos –se atienden a
diario unas 250 personas– pero sus trabajadores pedían perdón, porque los
fondos no están.
En medio del ajuste, renunció a mediados de este mes Pablo Rodrigué, quien
llevaba el tema desde la subsecretaría de Políticas Sociales, enfrentado con la
ministra Sandra Pettovello. Con él se llevó a Agustín Sánchez Sorondo,
exdirector administrativo. Ninguno de los dos estuvo nunca formalizado en el
cargo, por lo que no hay registro de su paso por la gestión. El único
funcionario formalmente designado por debajo de la ministra en el área social
es Pablo de la Torre, como Secretario de Niñez y Familia. El resto ya ocupa sus
oficinas, pero no tiene firma para asignar partidas o realizar contrataciones.
En Capital Humano, los trabajadores se preparan además para otro guadañazo:
el traspaso a las provincias de toda la estructura de los Centros de Referencia
(CDR), unas 56 oficinas descentralizadas
que ese Ministerio tiene en todo el país. Como parte de su guerra con los
gobernadores, el Gobierno busca que los estados provinciales se hagan cargo del
costo de mantenerlos. En el medio hay unos 800 trabajadores cuyos puestos de
trabajo están en riesgo.
De la acefalía generalizada pueden dar cuenta también en Parques
Nacionales. El organismo tiene 120 años y es uno de los mas antiguos de la estructura
del Estado. En su momento se esperaba que lo presidiera José Luis Ibarzábal,
cercano a Santiago Caputo, pero duró solo tres semanas en el cargo, antes de
renunciar sin siquiera haber sido designado. "No hay firmas para las
concesiones y muchos contratos de trabajadores ligados a los territorios están
a punto de caerse. Muchos compañeros no cobran desde enero por ese motivo. Y
estamos con amenazas de despidos en medio de los incendios en el sur. Estamos
acéfalos y nos estan llevando a un conflicto gremial", describió la
situación Juan Ignacio Martínez, delegado de ATE Capital en el organismo.
Una situación similar se vivió en la ANSES. El exfuncionario de Nación
AFJP, Mariano Antonio Salvador de los Heros Battini, fue designado en reemplazo
del ex titular del organismo, Osvaldo Giordano, a fines de la semana pasada,
luego de diez días de que el cargo estuviera vacante. Todavía no hay
reemplazante de la exsecretaria de Minería, Claudia Royón, otra de las víctimas
de la furia presidencial tras el naufragio de la ley ómnibus.
En el Conicet, la situación es de "catástrofe", aportó Nuria
Giniger, secretaria general de ATE capital e investigadora del organismo. Unos
1500 proyectos de investigación en Ciencia y Tecnología (PICT), que abarcan las
áreas de ingeniería, exactas, naturales y sociales, entre otras, están
paralizados porque no hay firma asignada en la Agencia Nacional de Promoción de
la Investigación. Una parte de los fondos para su financiamiento ya fue
aportado por el BID, pero no se pueden ejecutar. "Además de proyectos de
investigación, se trata de nuestro trabajo. Nos están precarizando y dejándonos
sin tarea. Por eso decimos que hay un vaciamiento de la ciencia en el país,
igual que como hizo (Domingo) Cavallo en los 90s", denunció Giniger.
La actual subsecretaria de Protección contra la Violencia de Género,
Claudia Barcia, desembarcó en el área el martes pasado, luego de más de dos
meses de vacancia. El recorte de las funciones del ex Ministerio de las Mujeres
y las Diversidades dejó a muchas trabajadoras a la deriva, con sus programas
cerrados. Ellas mismas presentaron un organigrama alternativo, con los puestos
a ocupar en las direcciones sin designar, ante la ausencia de autoriades.
“Agradezcan que siguen siendo una subsecretaría”, les dijeron. “Este Gobierno
viene no solo a desguazar el Estado, sino a violentarnos y provocarnos
sacándonos las únicas políticas públicas que teníamos como población vulnerable
y vulnerada”, sentenció Nadin Smith, delegada de ATE Capital.
Una "reforma" para despedir
A la par del ajuste en los programas, el Gobierno tiene en carpeta la
mentada "Reforma del Estado". Al frente de la tarea está Armando
Daniel Guibert, quien desempeñó la misma tarea durante la década de los 90,
como funcionario menemista. Fue nombrado en diciembre como secretario de
Transformación del Estado y responde directamente al jefe de Gabinete, Nicolás
Posse. Ambos funcionarios hicieron circular a principios de Enero una nota a
los secretarios y subsecretarios de
coordinación administrativa de cada ministerio para que realicen una suerte de
informe de "dotación óptima" de personal, a la manera que ya lo había
hecho durante el macrismo el entonces ministro de Modernización, Andrés Ibarra.
En la nota se les pide a los ministerios que realicen una "supresión
y/o fusión de unidades organizativas que no aporten valor en cuanto a la
producción de bienes, servicios y regulaciones", lo que derivará en un
recorte en el empleo público, probablemente con fecha de concreción a partir del
31 de marzo, cuando vence la renovación automática de contratos por tres meses
de la transición.
La puesta en marcha de esa reforma es una de las razones detrás de la
ausencia de cuadros designados en la "raviolera" del Estado. Según
pudo saber este diario, Mauricio Macri ya tomó nota del asunto y se frota las
manos: un dirigente de su confianza le acercó un informe con los cargos todavía
vacantes, donde podría hacer desembarcar a sus cuadros como parte de un acuerdo
renovado con Javier Milei.
(Pagina 12)